Urkullu, a su llegada este lunes al Foro Expectativas Económicas organizado por El Correo | H.BILBAO-EUROPA PRESS

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El Lehendakari, Iñigo Urkullu, ha afirmado que el escenario político en el Estado español «se va a tensionar, aún más, por las elecciones de mayo que se proyectarán como la primera vuelta de las elecciones generales» y, por tanto, cree que 2023 será «un año electoral muy polarizado y crispado», un escenario que, a su juicio, puede «retrasar la materialización efectiva» de los Fondos Next Generation«. El presidente vasco no prevé recesión en Euskadi porque se seguirá creciendo en 2023 pero de forma »más lenta".

Urkullu ha realizado estas manifestaciones en Bilbao donde ha participado en el Foro Expectativas Económicas organizado por El Correo y Banco Santander.

En su intervención, ha aludido a que, en el actual contexto de «incertidumbre», el escenario político en el Estado español «se va a tensionar, aún más, por las elecciones de mayo que se proyectarán como la primera vuelta de las elecciones generales».

En este sentido, ha asegurado que 2023 será «un año electoral muy polarizado y crispado» y cree que este escenario puede «retrasar la materialización efectiva de los Fondos Next Generation, lo que dificultará la realización de proyectos estratégicos para la transformación de la economía».

Según ha manifestado, hay una consideración «asumida también» por el Gobierno español de una gestión que es «necesariamente mejorable» para la llegada y distribución de los fondos. Ha recordado que, desde las instituciones vascas, han venido reclamando que se cumpla con el próposito del presidente de que las comunidades pudieran participar en la elaboración de los proyectos y en la decisión de la distribución de los fondos.

2023, año "incierto"

Urkullu ha manifestado que 2023 se presenta como un «año incierto, plagado de amenazas y retos» y ha subrayado que el marco general sigue siendo de «incertidumbre y preocupación», con unas previsiones de la CE para la economía europea de cierre de año con un «notable enfriamiento y la mayoría de los Estados miembros entrando en recesión técnica en la primera mitad de 2023».

Urkullu, tras aludir al aumento de los precios energéticos por la guerra de Ucrania, ha manifestado que se mantiene una estimación de «alta» inflación, 7% en 2023, lo que obligará a ser «más restrictivos con la política monetaria y mantendrá los tipos de interés elevados».

ECONOMÍA VASCA

El Lehendakari ha manifestado que, según la CE, la economía española «sorteará la recesión y podría crecer un 1% en 2023». Urkullu ha asegurado que, por su parte, la economía vasca se verá arrastrada por el «enfriamiento» de los países que reciben el grueso de las exportaciones vascas.

Urkullu ha señalado que este año Euskadi cerrará con un crecimiento del 4% aproximadamente, frente al 3,2% aproximadamente de la zona euro, mientras que para 2023 la estimación es de un 2%.

El presidente vasco ha asegurado que se puede hablar de una ralentización, pero es «ralentización del crecimiento», porque se seguirá creciendo, aunque a «un ritmo más lento» del que se desearía.

Urkullu ha apuntado que ni en el Estado español ni en Euskadi tienen la previsión de una posible riesgo de recesión «técnica» que podría ser de dos trimestres.

No obstante, ha indicado que sí que se está «en un riesgo de vulnerabilidad económica mundial y global» y Euskadi se sigue viendo afectada por las consecuencias de la guerra de Ucrania y la inflación, cuya reducción al 2% será «un proceso largo». «Esperemos que todo eso se pueda ir relajando», ha añadido Urkullu, que, en todo caso, cree que el País Vasco tiene «bases sólidas» para hacer frente a la actual situación.

SALARIOS MÁS BAJOS

En relación a los sueldos y la inflación, ha asegurado que su Gobierno tiene «un planteamiento claro» de impulsar el incremento de salarios mínimos y, tras recordar que no es competencia de las instituciones vasca el SMI, ha insistido en que «es justo hacer un planteamiento de intentar pensar en un salario mínimo que abarque al 50 o al 60% del salario medio nacional neto, según las directrices de la UE». En ese sentido, ha invitado a los empresarios a «tener esta consideración».

Al Gobierno Vasco «nos corresponden las políticas públicas sociales para garantizar la cohesión social, de la misma manera que también lo compartimos con el objetivo de ayudar a la reactivación económica y, por lo tanto, ayudar a las empresas, que son las que generan economía. En ese sentido, invito a una consideración general sobre lo que es también el incremento en los salarios mínimos, en los salarios que puedan ser en la sociedad vasca», ha remarcado.

CINCO FORTALEZAS

En su intervención, ha subrayado que Euskadi cuenta con «cinco fortalezas y pilares fundamentales» para «convertir las amenazas en oportunidades».

Una de esas fortalezas es la estabilidad institucional y presupuestaria. En este sentido, ha subrayado que el Gobierno vasco y la mayoría de las instituciones cuentan con mayoría absoluta y responden a un Programa de Gobierno. Según ha apuntado, este hecho, en sí mismo, «aporta una elevada dosis de estabilidad institucional» y ha destacado que se aprobarán los presupuestos vascos el 23 de diciembre.

«La estabilidad es un activo y el diálogo con voluntad de acuerdo también. A pesar de contar con mayoría absoluta, el 50% de los acuerdos parlamentarios han sido aprobados con el respaldo de algún partido de la oposición», ha dicho.

La segunda fortaleza es la investigación e innovación y, entre otras iniciativas, ha precisado que la tasa de aprobación de proyectos vascos de investigación al «Programa europeo Horizon» ha sido del 19% frente al 12% de la media europea. Según ha detallado, la meta fue la captación de 805 millones de este Programa en ocho años. «Hemos mejorado las previsiones iniciales y las hemos incrementado en 7 puntos», ha anunciado.

Otras fortalezas son la apuesta por la eficiencia energética, la «solidez» de la reactivación económica e industrial y del mercado laboral o el impulso a una sociedad «solidaria y socialmente equilibrada».

Tras enumerar algunas iniciativas del Gobierno, ha asegurado que se cuenta con un «sólido» tejido industrial que ha dado «muestras de resiliencia y ha sido capaz de reinventarse en múltiples ocasiones».

ESPERANZA

Urkullu ha manifestado que estas cinco fortalezas les permiten afrontar el próximo año «con esperanza» y ha citado varios ejemplos de proyectos tractores de transformación que se encuentran en marcha, de colaboración público-privada, que suponen «nuevas palancas tractoras para la economía, la competitividad y el bienestar».

Entre ellos, la economía del hidrógeno, las nuevas baterías de estado sólido, el vehículo eléctrico autónomo y conectado, o la industria aeropacial. En relación a este sector, Urkullu ha afirmado que la decisión del Gobierno español de ubicar en Sevilla la sede de la Agencia espacial «es un revés» y no supone «una buena noticia», pero ha asegurado que se trata de «una carrera de fondo». Tras indicar que «llamar poderosamente la atención» que la decisión se tomara por unanimidad, ha dicho que «Euskadi no va a dejar de apostar por este sector».

También ha citado los proyectos para la Euskadi digital o el nodo logístico sur de Europa, donde el impulso del Corredor Atlántico es «una necesidad y una oportunidad de país». «Una prioridad que compete a todas y todos, y vengo reclamando reiteradamente», ha remarcado Urkullu.

Asimismo, ha destacado, además de la fiscalidad, la importancia del proyecto Euskadi Talent y de la reputación internacional. Urkullu ha indicado que «innovación es sinónimo de supervivencia y rentabilidad, en sectores maduros y en sectores emergentes». «El País innovador tiene más posibilidades de mantener su competitividad y las políticas públicas sociales», ha añadido.