Trayectoria sobre España de los restos del cohete chino | SATELLITE TRACKER 3D

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El ingeniero aeronáutico y profesor de la Universitat Politècnica de València (UPV) Luis Miguel García-Cuevas González ha explicado que el riesgo de impacto de alguno de los restos del cohete chino que han entrado en la atmósfera esta mañana contra el ala de un avión es «bajísimo», pero «lo suficientemente alto para que se decida cerrar el espacio aéreo».

«El riesgo es muy bajo, bajísimo, y no ha pasado nada. Pero es distinto de cero. Y como queremos asegurar en todo momento que el transporte aéreo sea extremadamente seguro, se decide cerrar», ha apuntado el también investigador del Institut CMT en declaraciones a Europa Press.

Unos 300 vuelos programados este viernes en los aeropuertos españoles se han visto afectados por la entrada del objeto espacial chino CZ-5B en la atmósfera, que ha obligado a cerrar el espacio aéreo de algunas zonas de España durante 40 minutos.

Según ha asegurado García-Cuevas, hasta en el 60% de los lanzamientos mundiales «pasa algo de este estilo». «No tiene por qué ser la primera etapa --como ha sido esta ocasión-- la que 'reentre' de forma descontrolada, sino que alguna pieza del vehículo se deje en órbita y tarde o temprano vuelva a entrar a la tierra», ha continuado.

Por tanto, estos «desprendimientos» y caídas en la tierra de vehículos previamente lanzados al espacio son «extraordinariamente comunes», ha señalado el experto, quien ha añadido que, no obstante, no suelen causar «mayores complicaciones» ya que «la tierra es enorme y está muy despoblada». «Normalmente no llegan fragmentos grandes», ha agregado.

En el vuelo normal de un vehículo lanzado al espacio, tal y como ha explicado García-Cuevas, este va «soltando por el camino» cada uno de los módulos, llamados 'etapas', que lo componen «según se vayan utilizando».

Uno de estos módulos que conforman el cohete es la «etapa principal» que contiene el depósito de combustible y que, una vez se ha gastado, «se suelta y se deja que caiga por el camino para realizar el resto de la subida hacia la órbita final». Esta es la parte del cohete chino que ha «reentrado» en la atmósfera y suele ser, tal y como apunta el experto, «la más grande y la más pesada».

«Solemos saber dónde va a caer exactamente, pero a veces eso no ocurre», explica el profesor de la UPV, quien señala que a estos casos se les denomina «reentrada inesperada» porque «no sabemos cúando va a ocurrir o dónde va a ocurrir, y es muy difícil predecir la densidad del aire que va a frenar la caída» del cuerpo.

"hay que poner medios"

Según ha señalado García-Cuevas, los posibles impactos de estos vehículos atienden a tres causas principales: un accidente o avería en el vehículo que provoca una «caída descontrolada», un error humano o fallo de cálculo o, por último, una consecuencia del intento de abaratar recursos o energía.

El investigador descarta las dos primeras y apunta a la tercera causa, que añade que es «una posibilidad que ocurre de forma muy común» y es que «decidan hacerlo así porque es más barato energéticamente y es más sencillo hacer el lanzamiento en estas condiciones».

Frente a esta problemática, García-Cuevas recalca: «Para que no ocurra de manera descontrolada hay que poner los medios de forma controlada». Esta operación consistiría en «guardar» el propulsante, que está formado por el combustible y el oxidante del vehículo, y «no gastarlo todo en la subida».

«Se guarda para la bajada y, durante la caída, se enciende el motor en una zona despoblada y se apunta para que caiga ahí, probablemente en mitad del oceano», explica.

Democratización del espacio

El experto ha señalado que, pese a que estos sucesos son «cada vez más raros y deberían de pasar cada vez menos», las posibilidades a su vez aumentan porque «cada vez hay mas lanzamientos». «Cada vez se hace mejor, pero como se lanzan más, ocurre», ha subrayado.

Frente a esta situación, García-Cuevas ha explicado que «siempre hay riesgo». «Si aumenta el número de lanzamientos, el riesgo sigue existiendo. Aunque se hagan las cosas bien», ha añadido, y ha reiterado que «el riesgo cero no existe».

Asimismo, ha destacado el momento actual donde «está creciendo el número de lanzamientos brutalmente». Al ser preguntao por la causa de este aumento, García-Cuevas ha apuntado a la proliferación de nuevas empresas que lanzan vehículos a un precio cada vez mñás económico.

«Se va democratizando el acceso al espacio, cada vez cuesta menos y cada vez hay más demanda de lanzar objetos, desde pequeños satélites para ciencia y observación, hasta grandes satélites de comunicación o militares», ha concluido.