El exnovio de Juana Canal. | Guardia Civil - GUARDIA CIVIL

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El asesino confeso de Juana Canal, la mujer desaparecida hace 19 años en Ciudad Lineal y cuyo crimen se acaba de resolver, manifestó durante su declaración ante la jueza de Ávila que la víctima le amenazó con clavarse un cuchillo y culparle en el transcurso de la discusión en la que habría fallecido de forma accidental tras golpearla para evitar una agresión.

El asesino de Juana Canal ingresó el pasado viernes en la prisión de Brieva, próxima a Ávila, por un delito de homicidio en el ámbito de la violencia de género.

Lo hizo tras confesar a la jueza que la mató de un golpe y que la desmembró en dos trozos en la bañera para trasladarla en maletas a Navalacruz, donde la enterró en dos agujeros en unos terrenos próximos a una finca familiar.

En su declaración, Jesús Pradales relató que la discusión se inició después de que la mujer le sustrajera 600 euros y se encerrara en el baño, amenazándole con tirar el dinero por el inodoro. Tras salir, Juana habría cogido un cuchillo y le habría amenazado con clavárselo ella para decir que era él, según su relato.

La víctima llamó a la Policía para denunciar que estaba siendo agredida y los agentes se personaron en el domicilio de la calle Boldano. Finalmente, la Policía se marchó. A continuación, el detenido hizo las maletas en el cuarto para marcharse de casa y al salir, extendió el brazo para apartar a la víctima y ésta cayó.

«Vi que continuaba en el suelo con los ojos abiertos. Me percaté de que estaba muerta. Me asuste», manifestó a la jueza. Fue entonces cuando decidió cortarla en dos con un cuchillo. La metió en dos maletas y la llevó a 90 kilómetros, a Navalacruz. Cerca de su finca, excavó con un azadón dos hoyos y metió los restos.

Al volver a Madrid, tiró las maletas a un contenedor de la calle Alcalá y escribió una nota a Sergio, el hijo de Juana, en el que manifestaba que su madre se había ido después de ingerir bastantes pastillas.

Según consta en el sumario, Jesús presentó en la madrugada del 24 de febrero de 2003 una denuncia falsa en la Comisaría de la Policía Nacional de Carabanchel en la que hacía referencia a unas supuestas agresiones físicas y lesiones a manos de Juana en el transcurso de dicha discusión tras la que ella desaparece.

Dos días antes, uno de los hijos de la mujer encontró una nota redactada por la pareja de su madre, que le indicaba que habían tenido una fuerte discusión y que ella había salido corriendo y no había logrado encontrarla.

Según las diligencias, Jesús siempre ocultó a sus familiares y a su actual pareja las supuestas agresiones que sufrió y se limitó a comentar que la denuncia era por haberle sustraído supuestamente Juana unos 700 euros, que incluso llegó a reclamar a su hijo.

Antecedentes por malos tratos

En el sumario consta que Jesús Pradales fue detenido en abril de 2006, tres años después del crimen, por malos tratos a su pareja en una gasolinera delante de sus hijos.

Figura que el 18 de abril de 2006 fue detenido por la Policía Nacional en Getafe por un delito de atentado a la autoridad y malos tratos en la persona de su pareja al «agredirla en la parte de atrás de una gasolinera, en presencia de los hijos menores» de la mujer.

Constan además otras dos detenciones practicadas por la Guardia Civil, en diciembre de 2003 y mayo de 2005, por delitos contra la seguridad del tráfico y otros.

El exnovio de Juana Canal, Jesús P.H., fue detenido en Madrid el pasado miércoles. La principal línea de investigación apuntaba a que mató a su pareja de entonces y, luego, ocultó el cuerpo tras descuartizarlo.

La zona donde se buscan los restos de Juana Canal es la misma donde se han hallado restos de esta mujer: primero, en 2019, un cráneo y una tibia encontrados por un senderista y, hace unos semanas, restos de un fémur y huesos de la zona de la cadera en una batida de efectivos de la Guardia Civil y la Policía Nacional.