El abogado de la familia de la víctima, Marcos García Montes, ofrece declaraciones a los medios a su llegada al juicio por el crimen de una menor, a 12 de septiembre de 2022, en Madrid (España). | Alejandro Martínez Vélez - Europ

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La familia de Denisa Dragan, la adolescente de 17 años que fue asesinada por celos el 25 de noviembre de 2018 en Alcorcón, espera Justicia del juicio que arranca este lunes en la Audiencia Provincial de Madrid y denuncia presiones a los testigos.

En el banquillo de los acusados se sienta desde hoy Rocío M. y su pareja Mario T., quienes se enfrentan a una petición fiscal de 26 y 20 años de cárcel por un delito de asesinato. La acusación particular eleva las penas a 32 y 28 años de cárcel.

El abogado Marcos García Montes ha señalado a su llegada a las dependencias judiciales que la familia de la víctima está contenta por la celebración de la vista oral, ya que llevan «tres años peleando» por la imputación de la expareja de Denisa y de la asesina.

«Queremos que salga la verdad porque ha habido presiones a testigos. La acusada ha sido muy conflictiva en prisión», ha destacado el letrado en alusión a los numerosos expedientes disciplinarios abiertos a Rocío a su paso en diferentes penitenciarios donde habría agredido a funcionarias e internas.

García Montes ha incidido en que la estrategia de la defensa pasa por alegar que la acusada sufría una alteración psiquiátrica en el momento de los hechos que la eximiría de responsabilidad penal, un extremo al que se opone al padecer un trastorno límite que no impide que tenga una imputabilidad plena.

«Sabía y quería lo que hizo», ha aseverado. Además, el abogado solicita que Mario ingrese en prisión conforme al principio de igualdad ante la ley dado que a pesar de la petición de 20 años de cárcel a la que se enfrenta está en libertad provisional.

Respecto a su participación en los hechos, existen dos versiones que sitúan al joven en el escenario del crimen. Por un lado, sería la persona que llevó a Rocío hasta el local donde se encontraba la víctima y, por otra, habría incluso agarrado por la espalda a la joven fallecida mientras Rocío la asestaba dos puñaladas mortales.

A la 'Golosina', como se conoce a la acusada, se la juzgará por un delito de asesinato, acoso moral y dos delitos de amenazas, mientras al que al que fuera su pareja por asesinato en concepto de cooperador necesario.

El informe forense refleja que cuando la acusada asestó dos puñaladas a la víctima en el abdomen presentaba un trastorno «límite» de personalidad «y un patrón abusivo de consumo de sustancias, pero que dichas alternaciones no afectan sus capacidades cognitivas y volitivas en relación a los hechos».

Denisa, que tuvo como pareja al acusado, murió de un puñalada la noche del 25 de noviembre de 2018 en la confluencia de la calle Desmonte con la calle Cuenca de Alcorcón. La joven estaba en un local cuando alguien llamó a la puerta.

Nada más abrir, recibió la agresión mortal. La Policía encontró el arma homicida en un contenedor cercano a la calle donde sucedieron los hecho.

Amenazas mortales

Según el fiscal, meses antes recibió amenazas de muerte por parte de la acusada a través de mensajes de WhatsApp y llamadas efectuadas con número privado.

Alguno de los mensajes no solo tenía como objetivo molestar o perjudicar a la fallecida, «sino que tenían el propósito directo de amedrentarla». Y es que la acusada le amenazaba a través de las redes sociales «y le decía que no iba a parar hasta verla muerta».

Así, el 2 de septiembre de 2018, le envió a la expareja de su novio el siguiente mensaje: «Te voy a romper la cabeza por todo lo que me has llamado sin conocerme, vale. Tú me has llamado yonqui, me has llamado come bolsas (...) Voy a ir y te voy a matar, y ya está. Y aunque no te mate, te voy a pegar y hasta que no te dé lo tuyo no voy a parar porque yo soy así».

Una amiga testificó ante la juez que en el momento de los hechos estaba hablando con la víctima por el móvil y le escuchó comentar: ¡Rocío, qué vas a hacer!.

Rocío, de 19 años, fue detenida en el municipio de Ventas de Retamosa, en Toledo. Usó a Mario, su entonces pareja, como coartada alegando que el día del crimen estuvo con él toda la noche en el coche.