La consejera de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, Catalina García, posa durante la entrevista realizada por Europa Press en Sevilla | Joaquin Corchero - Europa Press

TW
0

La consejera de Salud y Consumo, Catalina García, ha negado que se haya dejado a ningún paciente oncológico sin tratamiento en el Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva, toda vez que ha solicitado «seriedad y rigor» ante la afirmación de que «en Andalucía una persona se va a su casa sin darse el tratamiento porque no hay un sillón en el que se pueda sentar, porque eso no es verdad».

Así lo ha manifestado en una entrevista concedida a Europa Press, en la que García explicado que «puede pasar» que haya personas a las que no se las atienda en el día porque «cuando vayan a la revisión, el oncólogo decida que el tratamiento hay que cambiarlo», por lo que «se les cita para otro día» debido a que «ha habido un cambio sustancial» en el tratamiento, pero «no por falta de espacio».

En esta línea, ha apuntado que otro de los motivos podría ser que, tras hacerse el paciente la analítica, «se considere que no se puede dar el tratamiento al estar las defensas en mínimo» lo que «obliga a esperar dos o tres días para volver a ponérselo».

La consejera ha respondido así ante las críticas reiteradas del PSOE de Huelva, que asegura que «los pacientes se tienen que volver a su casa sin recibir el tratamiento y el servicio de diálisis donde tienen que esperar largas horas por falta de sillones».

En este sentido, García ha aseverado que un hospital «tiene la capacidad suficiente para tener trabajando la sala de quimioterapia mañana, tarde y, si hace falta, noche», al tiempo que ha apuntado que también se realizan «desplazamientos a otros hospitales si fuera necesario» o «incluso aumentar el número de sillones».

«Niego la mayor. No se deja de dar nunca jamás un tratamiento de quimioterapia a una persona que le toque», ha subrayado nuevamente antes de solicitar «seriedad y rigor a la hora de decir que en Andalucía una persona se va a su casa sin darse el tratamiento porque no hay un sillón en el que se pueda sentar, porque eso no es verdad».