Archivo - Incendio en Sierra Bermeja, foto de archivo | Álex Zea - Europa Press

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Las asociaciones Greenpeace y WWF han advertido de la «dificultad» de las extinción de los incendios forestales de cuarta generación --aquellos en los que las llamas llegan hasta los límites de pueblos y viviendas--, y han destacado que la «clave» es la prevención, por lo que «hay que dejarse de excusas y poner los recursos necesarios para todas esas acciones preventivas que son imprescindibles».

Según datos del Plan Infoca, los incendios forestales han arrasado un total de 10.842,17 hectáreas en Andalucía hasta la mitad de agosto, una cifra que ha superado el doble de la media de la última década (4.734,86 hectáreas) y ha afectado en un 44,61% a superficie de matorral y en un 55,39% a superficie arbolada, destacando Málaga y Huelva como las provincias con mayor superficie afectada en terrenos forestales.

Así, en declaraciones a Europa Press, el coordinador de WWF para Doñana, Juanjo Carmona, ha destacado que Andalucía está haciendo «muchísimo esfuerzo en la extinción de incendios y muy poco en la prevención», mientras que la coordinadora de la campaña de incendios de Greenpeace España, Mónica Parrilla, ha resaltado que la comunidad «aún tiene mucho que avanzar en materia de planes defensivos».

«Sabemos desde hace tiempo que estos incendios de cuarta generación, que con menos siniestros quemarían más hectáreas, iban a llegar, porque el cambio climático o las condiciones de nuestros montes no pasan solo por tener medios de extinción, tenemos medios y muy buenos profesionales, pero estos incendios se apagan con trabajos previos y mediante la prevención», ha manifestado.

De este modo, ha remarcado que la extinción de estos incendios «va a ser mucho más difícil» y ha insistido en que «todo pasa por la prevención». «Cada cierto tiempo la Junta anuncia que ha invertido o que va a invertir en zonas de incendio, pero no lo hace en prevención, y seguimos teniendo los mismos montes y los mismos problemas por los cuales hemos visto un incendio como el de Bonares, Lucena o Almonte», ha añadido.

Asimismo, ha asegurado que este tipo de fuegos «van a volver a ocurrir porque no se han hecho labores de prevención, que van más allá de discusiones puntuales como las del ganado o sobre cómo este debe entrar». «Si a eso se le suma un año con un estrés hídrico importante y calores fuera de lo normal, es lógico que tengamos este coste que está provocando este tipo de problemas», ha añadido.

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Par concluir Carmona ha apuntado que «desde hace tiempo a nivel técnico se sabe qué se puede hacer» y lo que hay «es que dejarse de excusas, de señalar a quien no es culpable, y poner el dinero y los recursos necesarios para todas esas accione de prevención que son imprescindibles».

Andalucía, primera comunidad en riesgo de desertificación

Al hilo de la cuestión, Mónica Parrilla ha hecho hincapié en que la evolución de los incendios «pasa por una realidad basada en que tenemos un cambio climático con olas de calor y sequía que hace que las superficies ardan con facilidad».

Asimismo, y en declaraciones a Europa Press, ha apuntado que Andalucía es «la primera comunidad afectada en riesgo de desertificación» y que «es fundamental que se invierta en nuestros montes y se haga una gestión que asegure que los incendios no lleguen a situaciones tan dramáticas como las que estamos viviendo».

De esta forma, ha expuesto que «no solo Andalucía sino también España cuenta con una superficie forestal muy amplia, de las mayores de Europa», que a su vez «es muy inflamable cuando se acumula la biomasa de energía producida por el sol», al tiempo que ha recordado que «el 95% de los incendios están causados por el ser humano --muchos de ellos en invierno--, por lo que este factor se debe sumar al riesgo de incendios ya existente».

Además, ha considerado «importante incidir en la prevención del fuego antes que en la propia extinción de este». En este sentido, ha subrayado que «se debe tener en cuenta el término desertificación, que no está relacionado con los desiertos, sino con terrenos de tierra seca que son muy inflamables».

«La clave es la prevención. La Ley de Montes obliga a las zonas de alto riesgo de incendio forestal a los planes de defensa preventivos, por lo que es fundamental invertir en estos planes y que se implementen», ha sostenido. También ha agregado que se debe asegurar «una cultura de autoprotección en la población» para que «se reduzcan las consecuencias de los incendios de altísima intensidad».

Por último, Parrilla ha concluido con que Andalucía «debe hacer un gran esfuerzo en el ámbito de los incendios», ya que «una de las principales víctimas es un elemento tan importante como el agua». «Aún queda mucho por avanzar en materia de planes defensivos; es fundamental que haya presupuestos que inviertan en montes y terrenos rurales», ha sentenciado.