Antoni Maura, en una imagen de finales del siglo XIX.

En 1893 la influencia de Antoni Maura sobre Mallorca era extraordinaria. Desde 1892 su prestigio se había consolidado al ocupar por primera vez un ministerio en un gobierno liberal, en concreto el de Ultramar. Desde este alto cargo impulsó el Proyecto de Ley reformando la administración civil de las islas de Cuba y Puerto Rico (junio de 1893). Sin embargo, este ambicioso proyecto descentralizador nunca fue aprobado.

En cuanto a Filipinas, Maura también desarrolló una política reformista y decretó la reorganización de la administración municipal de las provincias de Luzón y de Visayas. Un destacado dirigente liberal y maurista mallorquín, Miquel Socias Caimari, fue nombrado gobernador de Pangasinan, en las Filipinas, en enero de 1893.

Poco después Maura nombró otros mallorquines como gobernadores de Ilo Ilo, Bernat Solivellas, e Ilocos, Eduard Homar, también en Filipinas. Fuera del ámbito colonial, pero sin duda por la influencia de Maura, a finales de 1893 fue nombrado gobernador civil de Valencia el político liberal Pasqual Ribot Pallicer, que había ocupado la alcaldía de Palma (1882-1884 y 1885-1886) y era conocido por sus manejos caciquiles.