«La COVID persistente mejora a medida que pasan los meses»

La doctora Ramon es la responsable de la consulta de seguimiento de estos pacientes en Son Espases y, tras un año y medio, su mensaje es de esperanza: «la gran parte de los pacientes con secuelas van mejorando a medida que pasan los meses».

Sin embargo no fue el único mensaje que se lanzó en una amena conversación sobre las secuelas, no sólo de la enfermedad en sí, también de la pandemia.

«La COVID es una enfermedad individual que ha visto y ha vivido toda la sociedad al momento, y eso crea una enfermedad social» Emilio Bouza Microbiólogo

El profesor Emilio Bouza, catedrático emérito de Medicina de la Universidad Complutense condujo una tertulia de expertos con una serie de interrogantes. El primero de ellos, si el término que la define está bien escogido. «Todavía no está claro», respondía el jefe de sección de enfermedades infecciosas de Son Espases, el doctor Melcior Riera. «En general se trata de personas que presentan síntomas cuatro semanas después del diagnóstico», explicó.

Otra de las incógnitas relacionadas con la COVID persistente es su afectación. «A los tres meses, un 10 % de los infectados todavía nota algún síntoma», respondió el especialista. Pero, ¿de qué tipo de secuelas se trata?

«La gran mayoría de los pacientes con secuelas van mejorando a medida que pasan los meses aunque hay a quien no podemos aportar una solución» Lluïsa Ramon Neumóloga Son Espases

La doctora Lluïsa Ramon detalló que el abanico es amplio. «diarreas, intolerancias, pérdida de memoria, incapacidad de concentrarse, taquicardia, mocos, dolores articulares o neuropáticos que necesitan tratamiento...», además, por supuesto, de los más difícilmente objetivables como son los relacionados con la salud mental.

«La vacunación debe ser global por un tema ético, y también sanitario; el mayor riesgo ahora es que aparezcan cepas que escapen a nuestra vacuna» Marcio Borges Intensivista Son Llàtzer

Donde sí se ha podido ser más concreto, según el médico intensivista de Son Llàtzer, Marcio Borges, coordinador de la unidad multidisciplinar de sepsis, es en la diferencia entre un síndrome post COVID y un síndrome post UCI, pese a que hay muchas similitudes. «En los casos de COVID hay más alteración autoinmune. Lo comportamientos más depresivos, o de demencia, son más habituales», especificó.

«La COVID persistente, en general, es cuando los enfermos presentan síntomas cuatro meses después del diagnóstico y son un 10 %» Melcior Riera Enfermedades Infecciosas

Las depresiones son, precisamente, la parte más compleja. Según el doctor Melcior Riera, en un estudio hecho en China se vio que el 25 % de los afectados tenía ansiedad a los tres meses. Pero los problemas de salud mental han afectado también a nivel social, «habrá que ver cómo ha crecido el riesgo de suicidio», dijo.

El doctor Bouza, conductor de la tertulia introdujo una seria reflexión: «la COVID es una enfermedad individual que ha visto y ha vivido toda la sociedad, y eso crea una enfermedad social».

«Esta es la primera pandemia que se ha retransmitido al minuto; los países no estábamos preparados tras cien años sin vivir nada igual» Javier Mato Periodista

De buena parte de esta otra transmisión, más silenciosa, son responsables los medios de comunicación, o las redes sociales. «Esta es la primera pandemia que se ha retransmitido al minuto, y nos vamos a volver locos», advertía el periodista y profesor de Sociología de la Comunicación, Javier Mato.

Esta presión mediática llegó incluso a afectar a la praxis de la medicina. El doctor Borges explicó que fue determinante para que «se utilizaran fármacos que no estaban aprobados, algo que no se había hecho hasta ahora».

La pandemia de COVID deja errores, aciertos e interrogantes. También una certeza que compartieron todos los ponentes: si la vacunación no es global, esto no va a terminar.

«Los países deben reforzar sus sistemas sanitarios», clamó el doctor Riera. «La sociedad occidental tenía la sensación de que una gran pandemia así no le afectaría», advirtió Bouza. «Lo que pasó es que nos mintieron, nos dijeron que estábamos preparados pero tras cien años sin vivir nada igual, no se lo tomaron en serio», añadió Javier Mato.

El mayor riesgo ahora «es que aparezcan cepas que escapen a nuestra propia vacunación», advirtió el intensivista Marcio Borges. «Pueden ser más virulentas o mortales. Hasta ahora no ha pasado y es una suerte que tenemos», añadió antes de reclamar vacunas para todos «por un tema ético, moral y también sanitario».

Por poner un ejemplo, durante la conversación se explicó que Gran Bretaña había comprado cinco veces más vacunas de las necesarias, mientras que países como Bolivia aplaudían por recibir las primeras 30.000 dosis.

Frente a la vacunación, se confrontó el papel de una sociedad deseosa de normalidad, cuya libertad se ha visto mermada en favor de la salud pública. El periodista Javier Mato cuestionó que «todo lo que tenga que decidir un estado-niñera» pero a su vez preguntó si era necesario: «¿Debemos responder a lo que diga la administración o somos responsables?».

La tertulia tuvo también amplia representación de un público que no perdió la oportunidad de preguntar. Entre ellos, destaca la intervención del subdirector de Atención Hospitalaria y Salud Mental del IB-Salut, Francesc Albertí, que reclamó un mayor protagonismo para el médico de familia en los pacientes que se tratan este tipo de patologías.

El apunte

La presencialidad vuelve para el 25 aniversario del Club Ultima Hora

La presidenta del Grupo Serra, Carmen Serra, dio la bienvenida a los asistentes al primer acto con presencialidad, tras el inicio de la pandemia de COVID, del Club Ultima Hora, que justo coincide con la celebración de los 25 años de su creación, en 1996. El profesor Emilio Bouza destacó la alegría de «reunirse» de nuevo en un contexto como el de ayer, para la «difusión del conocimiento». Y es que, según el rector de la UIB, Jaume Carot, que colaboró en el acto, «una vez más, será la ciencia que nos dé las respuestas».