El Dr. Cristian Sánchez Barros es el responsable de la Unidad del Sueño de Juaneda Hospitales, en el Hospital Juaneda Miramar. |

El Dr. Cristian Sánchez Barros es el responsable de la Unidad del Sueño de Juaneda Hospitales, en el Hospital Juaneda Miramar. Licenciado en Medicina por la Universidad del Norte de Barranquilla, Colombia. Es doctor en Medicina Cum laude por la Universidad Complutense de Madrid y especialista en Neurofisiología Clínica del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.

El Dr. Sánchez Barros es miembro de la Sociedad Española del Sueño, de la Sociedad Española de Neurofisiología Clínica y de la Asociación Colombiana de Medicina del Sueño. Ha sido profesor adscrito del Master online en Medicina del Sueño del Instituto de Investigaciones del Sueño en conjunto con la Universidad Europea de Madrid y del Master online en Medicina del Sueño realizado por la Universidad Tecnológica (TECH), ambos en 2021. En esta entrevista explica los trastornos del sueño, su diagnóstico y tratamiento para lograr un adecuado descanso nocturno y con ello una salud satisfactoria.

—¿Cuáles son los principales trastornos del sueño?
—La primera de las patologías que impiden que las personas puedan tener un sueño de calidad y que tengan dificultades en la conciliación o en el mantenimiento del sueño es el trastorno de insomnio, que puede ser agudo o crónico. En segundo lugar, la apnea obstructiva del sueño (AOS), que es el trastorno respiratorio durante el sueño más frecuente. Las parasomnias son trastornos durante la fase REM y no REM del sueño. Dentro de las últimas, encontramos el terror nocturno, el sonambulismo y el despertar confusional. Las parasomnias de la fase REM son las pesadillas y el trastorno de conducta durante el sueño REM. Además, hay trastornos del movimiento relacionados con el sueño. Uno de los más frecuentes es el síndrome de las piernas inquietas o Enfermedad de Willis-Ekbom.

—¿A qué se deben estos trastornos?
—En lo que se refiere al insomnio tiene mucho que ver la ansiedad y/o el estrés que presenta el paciente. Una de las causas más frecuentes es de tipo psicofisiológico. Se puede desencadenar por otros motovos, como son los efectos secundarios de medicamentos, por patologías como el reflujo gastroesofágico, etcétera. La apnea obstructiva del sueño (AOS) tiene mucha relación con la obesidad, con sobrepeso. A nivel fisiopatológico en este trastorno del sueño ocurre una obstrucción parcial o total de la vía aérea mientras el paciente duerme que provoca una alteración en la respiración, causando despertares y microdespertares. Estos últimos no son percibidos por el paciente, que no es consciente de que se despierta. Estos despertares y microdespertares hacen que se fragmente el sueño constantemente y al día siguiente la persona presenta somnolencia, cansancio o irritabilidad, entre otros síntomas.

—¿Cuáles son las consecuencias de dormir mal?
— La privación de sueño o no dormir adecuadamente tiene repercusiones nivel de salud que se han demostrado mediante estudios científicos. Se asocia a problemas de obesidad, hipertensión, diabetes, síndrome metabólico, riesgo de deterioro cognitivo (incluyendo la enfermedad de Alzheimer), de ansiedad y de depresión. Por todo ello, es importante que el sueño sea un pilar básico de la salud, como lo es comer o cualquier otra necesidad fisiológica. Tenemos que tener el dormir bien como un hábito indispensable para nuestra vida.

—¿Cómo llega el paciente a la Unidad del Sueño de Juaneda Hospitales?
—Los pacientes que llegan a la Unidad del Sueño suelen hacerlo remitidos de algún otro especialista, o por su propia iniciativa. Se le hace una historia clínica completa para ver toda la sintomatología que presenta y las posibles causas de sus problemas para dormir. Hacemos también una anamnesis dirigida a conocer si tiene una adecuada higiene del sueño (horarios para acostarse y levantarse, si hace siestas…etc.), toda una serie de indicadores que nos van a orientar hacia qué patología puede tener el paciente. Luego se pasan una serie de escalas dependiendo del trastorno del sueño que presente cada paciente. En último lugar, se le cita para hacerle el estudio polisomnográfico nocturno, lo que es el estudio del sueño dependiendo de cada caso.

—¿Cómo es ese estudio del sueño?
—En primer lugar, se conecta en el paciente una serie de electrodos en la cabeza que mostrarán toda su actividad eléctrica cerebral y cómo son sus fases de sueño. Se le colocan sensores respiratorios que permiten medir la entrada y salida de flujo de aire a través de nariz y boca. Se registran también sensores del ronquido, una banda torácica y otra abdominal, que informarán de los movimientos respiratorios y abdominales. Al paciente se le coloca también un pulsímetro para conocer cómo es la oxigenación durante el sueño, electrodos para registrar su frecuencia cardíaca y en las piernas para detectar posibles movimientos periódicos durante el sueño. Es posible que se puedan colocar unos electrodos más en los brazos, para valorar parasomnias, una de las cuales es el trastorno de conducta durante el sueño REM.

—Las pruebas del sueño incluyen una cámara de vídeo, ¿con qué objeto?
— Es necesaria cuando el paciente es un niño y en aquellos casos, tanto en niños como en adultos, en que hay que valorar por ejemplo, casos de epilepsia nocturna y visualizar los movimientos que hace el paciente durante el sueño, si se despierta o cómo es ese despertar. También se usa cuando hay parasomnias, que cursan con episodios de movimiento durante el sueño y registraremos si el paciente grita o si tiene un sueño violento durante la noche, etc.

—¿Y con todo eso logran dormirse para que se puede realizar la prueba, teniendo en cuenta que son pacientes que presentan ya problemas para ello?
—Sí, habitualmente el paciente logra dormirse durante la prueba. En la visita ya le damos una serie de recomendaciones para cuando venga al estudio del sueño. Y si necesita algún tipo de tratamiento específico se le da. Necesitamos un mínimo de tres a cuatro horas de registro para poder ver ciclos completos de sueño para poder hacer un buen diagnóstico.

—Ya tenemos el diagnóstico, ¿cuáles son los procedimientos más comunes para solucionar estos problemas?
—Lo indispensable es cumplir en primera instancia con una serie de medidas de higiene del sueño. Dependiendo del tipo de trastorno hay diferentes tratamientos. En el caso del insomnio y dependiendo de si hay un problema psiquiátrico asociado, se tratará de forma multidisciplinar con especialistas en esa área, el tratamiento tiene que ir acompañado siempre con la terapia cognitivo-conductual que es muy importante. El tratamiento farmacológico se pautará dependiendo de cada caso. Por otro lado, en la apnea obstructiva del sueño, y de acuerdo a su grado de intensidad, se aplicará un tratamiento específico: puede ser postural, con un dispositivo de avance mandibular (DAM) o una máquina que a través de una mascarilla que emite aire a presión mientras se duerme (CPAP).