El Dr. Víctor Parejo, urólogo subespecializado en andrología.

El Dr. Víctor Parejo es médico urólogo subespecializado en andrología, que se incorpora a Juaneda Hospitales, en el equipo del Dr. Valentí Tubau para potenciar la atención a los problemas de la esfera sexual masculina, una patología que va mucho más allá de la disfunción eréctil y que ofrece procedimientos diagnósticos y tratamientos tanto médicos como quirúrgicos avanzados.

—Usted viene a Juaneda Hospitales a desarrollar un proyecto de andrología. Explíquenos en qué consiste.
—Yo soy médico especialista en urología, pero dentro de la Urología existe una subespecialidad denominada andrología. Me he trasladado de Cataluña a Mallorca, con un proyecto ilusionante e innovador que tiene como principal objetivo: potenciar y desarrollar la andrología, de la mano del equipo de Urología del Dr. Valentí Tubau, en Juaneda Hospitales, al que agradezco personalmente haberme dado la oportunidad de aportar ese grano de arena al equipo.

—¿En qué va a consistir esta atención?
—Para poder ejercer la andrología no es necesario montar una gran infraestructura, más allá de la que ya dispone el complejo asistencial de Juaneda Hospitales, sino aportar una esfera de conocimiento específico. Un paciente de andrología es un paciente como cualquier otro y además, normalmente, cuando se llega a la cirugía son intervenciones de menor complejidad a nivel de infraestructura en comparación, por ejemplo, a una cirugía urológica robótica renal, vesical o de próstata. La mayoría de las cirugías andrológicas son ambulatorias (el paciente se va el mismo día a casa). Es cierto que en ocasiones se puede necesitar un instrumental más específico, por ejemplo, la microcirugía para la intervención de vaso-vasostomía (restablecer una vasectomía), pero no requiere algo diferente, a nivel de quirófanos, de lo que ya se tiene. Es más bien cuestión de poner en práctica el conocimiento.

—¿La andrología se dedica a solucionar la disfunción eréctil?
—Así es, pero hay que ampliar el concepto de que la andrología se dedique exclusivamente a la disfunción eréctil (DE). Es mucho más que eso. Teniendo en cuenta que también incluye la fertilidad como parte de sus objetivos. Solo con ese problema se amplía mucho el abanico de pacientes que pueden beneficiarse de esta subespecialidad. Además, en el paquete de la disfunción eréctil entran muchas preguntas por resolver: ¿Cuál es el origen de la DE, por qué sucede? Podemos mejorar el diagnóstico de estos pacientes y esclarecer su etiología. Se puede elaborar un perfil analítico específico e indicar ecografías específicas del pene.

—Imagino que hay muchas facetas desconocidas de eso tan amplio que denomimanos 'disfunción eréctil'.
—Así es. Una de las causas de la disfunción eréctil es un tipo de alteración en la estructura anatómica del pene conocida como, la enfermedad de Peyronie, que resulta de tejido cicatrizal fibroso que se forma en el pene y que puede causar erecciones curvas y dolorosas, pudiendo llegar a imposibilitar el acto sexual satisfactorio. La causa de la enfermedad de Peyronie es aún desconocida, no existe una etiología clara. Para esta alteración hoy en día solo existe un tratamiento quirúrgico, por lo que este nuevo servicio de Juaneda Hospitales ofrecerá una oportunidad para muchos pacientes que hasta el momento no tenían otra salida.

—¿Es muy frecuente esta enfermedad?
—La enfermedad de Peyronie tiene una mayor incidencia a una edad más avanzada, aunque la etiología no está muy clara, es decir, no sabemos muy bien por qué se produce. Hay un perfil de pacientes que tienen Peyronie congénito, que va a ser diferente al adquirido. En este grupo sí que puede haber pacientes más jóvenes, aunque no es lo habitual y la prevalencia es menor Las edades en las que esta enfermedad es más frecuente es a partir de los 50-60 años. Se relaciona con otras enfermedades, como la diabetes o la hiperplasia benigna de próstata, con la que a veces convive, aunque yo creo que es porque comparten un común etiológico que es la edad. Se habla de un 0.4-20.3% de población masculina adulta que tiene algún grado de curvatura, aunque el porcentaje de casos de Peyronie que les impida penetrar no es tan elevado. Será ese colectivo el que acabe por acudir a consultar. A esos pacientes, que por la curvatura no pueden penetrar o a los que ocasionan dolor a la pareja, está indicada la cirugía.

—¿Las pastillas 'azules' y las que vinieron luego acabaron con los tratamientos para la DE?
—Los tratamientos para la disfunción eréctil son muy amplios. Las pastillas no tienen por qué ser la única solución. Me gusta mucho decirle al paciente, nada más llegar, que la disfunción tiene solución. Muchos llegan desilusionados, rechazando la posibilidad de un tratamiento con pastillas. Hay que explicarles que existen otras soluciones, que han de estar dispuestos a llegar hasta ellas. Si buscan una solución definitiva, obviamente la solución más eficaz es la colocación de una prótesis de pene, aunque es evidente que no todos los pacientes son candidatos a ella. Debemos individualizar cada caso concreto.

—¿Hay placer para el hombre que lleva una prótesis de pene?
—Yo explico que la prótesis es como ponerse unos zapatos, que no pueden ser más grandes o más largos. Lo que se ofrece con una prótesis es lograr restablecer la capacidad de penetrar, de tener una dureza suficiente para ello. En estos pacientes el placer y el orgasmo existe según las causas de DE. Lo que no hay es una erección fisiológica, porque será él quien se la provoque con los mecanismos del dispositivo. Por ello son más que nunca importantes los preliminares y los juegos previos. Es decir, que una terapia adecuada contra la disfunción eréctil soluciona el problema a quién la padece, pero también se pueden salvar muchas parejas que podrían, de otro modo, estar condenadas a romperse.

—¿Es una intervención traumática?
—No. Y en cualquier caso hay que tener claro que un hombre al que se le ha implantado una prótesis no pierde por ello la satisfacción sexual, aunque la erección sea mecánica y provocada. No es, como preguntaba, una cirugía muy traumática. Para implantar el dispositivo se hace una incisión de 2-3 centímetros entre el escroto y el pene. La sensibilidad del cuerpo del pene no se pierde, porque no hay rotura de ningún nervio y habitualmente pueden reanudar su actividad sexual a las 4-6 semanas.

—¿Otros ámbitos de la andrología?
—Pues la vasectomía y su potencial proceso de reversibilidad es otra de las intervenciones propias de la andrología. Situaciones en las que el paciente que la habían realizado una vasectomía solicita que, un tiempo después, al cambiar de pareja por ejemplo, desea tener hijos de nuevo. La andrología engloba toda la esfera sexual del hombre, desde la erección a la fertilidad (con la ayuda de las clínicas de fertilidad en el proceso de obtención del semen necesario del paciente para la fecundación in vitro, si hay un problema en esa esfera) o las terapia para solucionar la curvatura del pene. Y dentro de esos tres grandes ámbitos está también la atención a la eyaculación precoz…

—Un problema con una gran repercusión psicológica…
—Y un problema que suele suceder a los adultos mayores pero también a hombres jóvenes. Hay que tener en cuenta, para valorar la magnitud del problema, que la eyaculación precoz es más frecuente que la disfunción eréctil. Hay muchos afectados que corren riesgos buscando soluciones por internet. Ante un problema de eyaculación precoz, además de la intervención del urólogo andrólogo, es importante el papel del psico-sexólogo, que le dará un tratamiento de base y que le permitirá lograr una solución al problema a largo plazo. Luego, a nivel médico, hay un tratamiento farmacológico que es el único recomendado e incluido en las guías clínicas, que lo que consigue es retrasar la eyaculación, duplicando el tiempo que normalmente el paciente aguanta.

—Y, para romper mitos, Dr. Parejo, ¿cuánto tiempo hay que 'aguantar'?
—El tiempo que sea necesario para que la persona sea feliz. Se considera que la eyaculación es precoz si acontece en menos de dos minutos. Además del tratamiento farmacológico hay otros tratamientos médicos, como la aplicación de anestésicos locales, pero no son tan satisfactorios, porque el pene pierde sensibilidad. Por su parte, el psico-sexólogo mostrará a los pacientes una serie de maniobras y ejercicios que se denominan 'de parada y arranque', para ejercitarse y auto controlar los músculos que condicionan la eyaculación. Y todo ello, con un seguimiento, unas pautas y un control profesional del proceso. Pero el problema se acaba cuando el paciente se siente bien con su eyaculación.

—¿No es recomendable, entonces, un simple tratamiento farmacológico?
—No. Muchos pacientes no funcionan si solo les das una pastilla, porque además creen que están mucho más enfermos de lo que están. Estos pacientes pueden llegar a tener un daño psicológico, cuando hay que tener en cuenta que muchos problemas en realidad no existen. Si una persona tiene una eyaculación rápida pero con ello ya es feliz, porque su pareja también lo es, pues el problema no existe. Y en cualquier caso, hay que tener en cuenta que la media de duración de una penetración es de cinco minutos (pese a las creencias derivadas de las creencias populares o de la pornografía), por eso se señala que la eyaculación es precoz si llega antes de dos. Además, como me decía un profesor y creo que es un pensamiento muy importante, que «el pene es un invitado a la fiesta», pero el sexo se compone de muchos más elementos y si el pene se une, pues bien venido. La eyaculación precoz no es una patología, es un problema personal y una percepción.