La consellera de Salut visitó a algunos pacientes en Son Espases y agradeció el esfuerzo del servicio de Hematología para conseguir las acreditaciones y estándares de calidad y excelencia necesarias, que marcan las sociedades científicas, y que han hecho posible incorporar el tratamiento.  | M. À. Cañellas

Parece ciencia ficción pero ya no lo es. La esperanza se abre paso en el tratamiento contra el cáncer hematológico cuya autorización para su uso ha llegado a Son Espases. Se llaman terapias CAR-T, son avanzadas y personalizadas, y ya se han empezado a aplicar en el hospital de referencia donde, calculan, podrán atender a entre 20 y 25 pacientes al año. ¿Pero cómo funcionan? «Extraemos los linfocitos del paciente (que es la célula del sistema inmune más importante) y las mandamos congeladas a Amsterdam, donde está el centro de producción y hacen la manipulación», explica la jefa de servicio Hematología del hospital, Antònia Sampol. Una vez llegan a una de las dos compañías farmacéuticas neerlandesas acreditadas, se les pone el medicamento, las expanden y las devuelven congeladas. Entonces «es cuando ingresamos al paciente y se las podemos infundir», añade la especialista.

La terapia, en definitiva, altera y entrena a las células defensivas del organismo genéticamente (tal y como se detalla en el gráfico superior) para que, una vez reintroducidas, puedan combatir a las células cancerosas. Explicado de forma más técnica: «se modifica el linfocito ex vivo para que pueda expresar antígenos». De esta manera, «el ADN puede codificar la proteína tumoral y es capaz de, una vez infundido en el paciente, dirigirse específicamente contra un tumor».

El uso de las terapias CAR-T está aprobado para enfermedades hematológicas, básicamente, para leucemias y linfomas. «Son para pacientes que no tienen otra alternativa. Había fallado la quimio, a veces un trasplante... Es para cuando no les queda más opción», indica la doctora Sampol. Si bien, «los resultados dependen de la enfermedad y de cómo llega el paciente al tratamiento, son alentadores», señala la especialista. Y es que, si hasta ahora, este tipo de diagnósticos tenían una tasa de supervivencia del 10 % en un plazo de un año y con medidas de soporte, «los resultados publicados en linfomas es de un 50 % de curación a cinco años, cuando se ve que la meseta de estabilidad será definitiva», indica.

Otra buena noticia relacionada con esta terapia avanzada es que se prevé que, en breve, se pueda aplicar a otro tipo de patologías, como el linfoma de manto, el linfoma folicular o el mieloma múltiple, con una tasa de curación del 70 y 80 % en dos años, según relata la doctora. «En otros países ya está indicado pero en España todavía no». También se prevé tratar tumores sólidos como el cáncer de mama o el glioblastoma con estas terapias avanzadas. De momento, señala, «los resultados son esperanzadores y esperamos que, en un futuro, sean mejores. Saldrán nuevas cosas y enfermedades que hasta ahora eran incurables, se curarán, es un avance muy importante», indica.

La Unión Europea aprobó este tratamiento en 2018 y España fue pionero en su uso. Por entonces se practicaba en diez hospitales y, desde el primer momento, Son Espases se postuló para incorporarlo. Ahora son ya 24 en todo el Estado. Hasta su reciente autorización por parte del Ministerio de Sanidad, los 21 pacientes que lo han requerido, de Balears, se derivaban al Hospital Clínic o al Vall d’Hebron, de Barcelona. «En cuatro de ellos ya hemos podido hacer nosotros la extracción de células que se han mandado para la transferencia génica a Ámsterdam y, como no teníamos permiso, la infusión se ha hecho en Catalunya», explica Sampol. La consellera de Salut, Patricia Gómez, que visitó ayer el gabinete donde se realiza el procedimiento junto con los laboratorios del Servicio y la unidad de hospitalización, explicó que se ha realizado una inversión en renovación tecnológica de cerca de 160.000 euros.