El alcalde Tomeu Cifre junto a las banderas de los Moros y los Cristianos.

Las fiestas de La Patrona de Pollença entran en sus días de mayor ebullición y concluirán el próximo martes con el simulacro de Moros y Cristianos que hace dos años que no se celebra.

El alcalde de Pollença, Tomeu Cifre, define estas fiestas como «algo muy difícil de explicar para el que no sea pollencí. Son tan sentidas, tan participativas y tan celebradas que me atrevo a decir que no hay otro lugar en Mallorca donde las fiestas patronales se vivan con tanta intensidad».

Por esta razón, el programa de fiestas «se extiende durante más de diez días porque se dan cabida a todo tipo de propuestas culturales, de ocio, tradicionales y sociales que, como decía, disfrutan de una máxima participación y más después de dos años con actos anulados o limitados».

En cuanto al simulacro del martes, Tomeu Cifre resalta que «ante el aparente caos que pueda parecer la batalla hay que decir que los dos bandos llevan preparando su intervención desde el mismo momento que fueron elegidos los cargos. Tanto los cristianos como los moros quieren que sea un simulacro para recordar». Cifre recuerda que este año volverá a participar «el batallón de mujeres que ya salió en 2019. Nuestro deseo es que se incorporen definitivamente a la fiesta y saldrán desde la plaça de Sant Jordi».