Sebastià Crespí observa «cambios de calado en todo el mundo» que parecen indicar que nada volverá a ser igual. | Archivo

Ligado al turismo desde su cargo de asesor sanitario de la Confederación Española de Hoteles y Establecimientos Turísticos (CEHAT), el bíologo, doctor en Farmacia y científico mallorquín Sebastián Crespí es uno de los más importantes expertos mundiales en materia de prevención de enfermedades infecciosas dentro del sector. Como autor en 2009 de una guía de prevención contra la pandemia de la Gripe A que se convirtió en su momento en manual de referencia para la Organización Mundial de Turismo (OIT), su colaboración fue solicitada hace algo más de un mes por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la realización de una guía de urgencia para el sector turístico a nivel global que acaba de ver la luz. En esta entrevista analiza la situación actual, tanto general como referida concretamente al sector turístico, y las perspectivas de futuro.

—¿Habrá un antes y un después en nuestra vida por culpa de esta pandemia?
—Veo que muchos analistas de la situación, ya sean filósofos o historiadores, coinciden en que nada volverá a ser igual. Es posible que así sea pues observo cambios de calado en todo el mundo. Se están tomando decisiones que hasta hace poco eran impensables. Sí, habrá un después, aunque ahora mismo no me veo capaz de hacer grandes predicciones sobre el futuro.

—¿Debemos prepararnos para sufrir en nuestra vida cotidiana un cambio total y para siempre de ciertos hábitos o solo será algo temporal?
—Es muy probable que algunos cambios sean solo temporales, pero otros permanecerán. Así, intuyo que el teletrabajo o las reuniones virtuales, para poner dos ejemplos cercanos, han venido para quedarse y creo que formarán parte de la nueva normalidad. Basta mirar a nuestro alrededor para darse cuenta. Las normas de distanciamiento social, en cambio, se abandonarán tan pronto desaparezca el peligro.

—¿Cuando cree que recuperaremos las ganas de viajar y hacer turismo?
—El turismo y los viajes volverán con fuerza, no tengo ninguna duda. Dicho esto, el turismo requiere de un clima de confianza y seguridad por lo que el cuándo dependerá fundamentalmente de la evolución de la pandemia.

—¿Cree que la planta turística española está preparada para hacer frente al reto que supone el COVID-19?
—Creo que, si se hacen las cosas bien, el sector turístico español estará preparado para cuando llegue el momento de la reapertura. No se me escapa que el reto es de una enorme magnitud, pero en España existe la experiencia, el talento y el potencial para salir airosos de este trance.

Ciolínea

—¿Cómo cree que afectará la nueva situación a los pequeños establecimientos o a los pisos turísticos? ¿Podrán hacer frente a las exigencias que traerá consigo la implantación de los nuevos protocolos?
—No lo sé, francamente. Habrá que ver finalmente como queda todo. Hay quien piensa que serán precisamente los establecimientos pequeños y el alquiler turístico los que saldrán más beneficiados por adaptarse mejor a la nueva demanda. Los nuevos protocolos serán fundamentalmente operativos, no estructurales.

—¿Cree que todos los destinos turísticos están igual de preparados para hacer frente a los nuevos requerimientos en materia sanitaria que requerirá la nueva situación?
—A nivel internacional, es evidente que no. Las infraestructuras sanitarias y de salud pública de un país son fundamentales para la salvaguarda de la salud del turista. También influye, por supuesto, la situación general en el destino respecto del COVID-19. A nivel español, aunque ahora mismo la situación epidemiológica es muy heterogénea, quizás no lo sea tanto en el momento de la apertura y puede haber más igualdad. Sea como sea, creo que Baleares estará en primera línea de salida.

—¿Cuándo cree que el sector turístico español podrá recuperar algo parecido a la normalidad anterior a la COVID-19?
—Dependerá de la evolución de la pandemia. Si se encuentra un tratamiento y una vacuna en el plazo razonable de un año, en el 2021 debería empezar ya una cierta normalidad, sanitariamente hablando. Otra cosa serán las consecuencias socioeconómicas que puedan derivarse de esta crisis sanitaria que, sin duda, van a influir también en la recuperación.

—¿Cree que el temor a un posible nuevo brote de la COVID 19 va a ser determinante para esa recuperación?
—El peligro de un rebrote va a estar muy latente mientras no exista una vacuna y sin duda va a condicionar la recuperación, no solo del turismo, sino de la economía en general. Es lógico que así sea, pues la salud debe ser la prioridad.

—¿En qué medida cree que esta pandemia afectara a la industria turística a medio y largo plazo? ¿Será el turismo del futuro igual? ¿Será el turista del futuro igual?
—Poco o mucho todo va a cambiar. Las personas de la tercera edad viajaran menos, el turista será más exigente en aspectos de higiene y limpieza, los espacios muy concurridos se evitarán. Esto es lo que sin duda veremos, sobre todo en una primera etapa, pero quizás se produzcan también cambios más profundos difíciles ahora mismo de predecir.

—¿Qué aprenderemos de esta pandemia?
—Hay muchas lecciones por aprender, pero quiero destacar una: la importancia que tiene la ciencia y la investigación científica para la resolución de las grandes crisis de la humanidad. Por fin, veo que se da voz a los científicos y que estos, en mayor o menor medida, son escuchados. Espero que esto no sea algo temporal.