Nadie puede discutirle un dato, un resultado, una alineación... Es la crónica viva del Constància y seis décadas informando del devenir del club de Inca convierten a Andreu Quetglas Martorell (Inca, 1944) en la personalidad más autorizada a la hora de desgranar la historia de la entidad. Premi d’Honor Dijous Bo (2010), promotor de la ‘Nit de l’Esport d’Inca’, autor de la ‘Síntesis histórica del CD Constancia’ (1982) y poseedor de una valiosa colección fotográfica y documental sobre la entidad, su trayectoria se centra en el Setmanari Dijous -es uno de sus fundadores- desde hace casi medio siglo, aunque también ha colaborado en medios como Ultima Hora, Baleares, Marca, Fiesta Deportiva o Sport.

Además, fue directivo del Constància, que le concedió su insignia de oro, organizó ya los actos del 50 aniversario y es vicepresidente de la Comisión del Centenario. «Un hermano mío era directivo, y con él iba al campo con 7 u 8 años. Con 16 años comencé a escribir las crónicas y Pere A. Serra me ofreció escribir en Fiesta Deportiva. Ahí empezó una buena relación, encargándome de promocionar Ultima Hora en Inca», refiere Quetglas sobre sus inicios.

Y no duda en afirmar que «el Constància y el Dijous es como si fueran dos hijos míos... He viajado por toda España, he sido directivo, he escrito crónicas, libros, organizado exposiciones y también he hecho muchos sacrificios a nivel personal...», explica Quetglas, una personalidad en Inca, quien de las muchas vivencias acumuladas, recuerda especialmente «la temporada 61-62, cuando se subió a Segunda en la promoción contra el Algeciras. Fue una alegría desbordante. Pero hay otro ascenso que me llegó más al corazón. Fue el que se logró en los 70 contra el Alzira. Las dos temporadas anteriores, el club casi desaparece...», rememora. De la misma manera, recuerda «momentos duros, como la temporada (51-52) que no se participó en ninguna competición por problemas económicos». Por ello, considera Andreu Quetglas «llegar a los 100 años es prodigioso» y recalca que el Constància «es un símbolo de Inca. Durante años fue el icono, la bandera y el escudo de Inca y de la Part Forana».

Como jugadores, dentro de su dilatada experiencia, destaca «por su saber estar en el campo a Corró y Amarilla», y hace especial mención a la línea de vanguardia «de la temporada 62-63, con Macario, Martín, Katzas, Ledo y Amarilla». Lo dice la voz más autorizada, memoria viva de Inca como ciudad y del Constància como club deportivo y de fútbol de referencia en la isla de Mallorca.