Andy Kohlberg, accionista del mallorca. | MOREY

Llegar al Centenario sólo está al alcance de los persistentes y luchadores, aquellos que tienen claros sus objetivos, son constantes y saben cómo hay que lograrlos. En el caso del CE Constància, a todos estos grandes valores hay que añadirle la trascendencia del club y el fuerte arraigo en su ciudad y entorno, con una masa social que siempre ayuda y apoya, al margen del escenario o división en la que se juegue. En conjunto, todos estos ingredientes dan como resultado un club con solera que llega a los cien años.

Durante estos cien años, el CE Constància y el RCD Mallorca han compartido una rivalidad férrea en los años 30 y 40. Cohabitar con este gran club supuso un plus de exigencia y de competitividad para mejorar en el día a día y de una dosis de acicate para ambas aficiones para consolidar la pasión por el fútbol en aquellos años. Para nosotros, nos honra el actual momento de relaciones entre ambos clubes y nunca hemos dudado en asistir al Nou Camp d’Inca, ya sea en las fiestas del Dijous Bo o en la pretemporada. Un partido entre ambos clubes siempre es un gran reclamo y una fiesta del fútbol mallorquín y balear.

El CE Constància es una referencia para muchos aficionados de una zona importante de Mallorca como es el Raiguer y en torno a su escudo hay todo tipo de sentimientos y recuerdos. Los años en Segunda y en Segunda B aclaran la historia de un club nacido para competir y luchar y su afición acompaña un sentimiento centenario que nunca se apagará.