En 2022 hemos podido volver a la normalidad y dejar atrás la crisis del covid. A pesar de que el primer trimestre no fue fácil, la excelente temporada de verano nos permitió cerrar el año con cifras récord. Sin embargo, somos conscientes de que, al margen del impacto económico que aporta nuestra actividad a los destinos en los que operamos, también generamos impactos ambientales negativos que debemos reducir al máximo.

Desde Riu aspiramos a llevar a cabo nuestra actividad turística de la forma más respetuosa, sostenible y con el menor impacto posible. Para que esto ocurra, debemos seguir una serie de criterios sostenibles orientados a contrarrestar las consecuencias negativas de nuestras actividades. Es por ello que implantamos medidas de ahorro de energía, eficiencia para la gestión y uso del agua y residuos, reducción de plásticos y emisiones, y control de contaminación acústica y lumínica. Nuestra intención es crear un futuro más sostenible para el entorno social y ambiental.

La pandemia hizo que todos nos cuestionásemos el modelo industrial global. Nos llevó a plantearnos nuevos modelos de gestión, como es el de la economía circular. Con él, podemos aprovechar los recursos existentes y tener un menor impacto ambiental. Poder formar parte de proyectos sostenibles que nos permitan convertir los impactos sociales negativos en positivos es algo que nos hace sentirnos especialmente orgullosos, pues nos hacen aprender cómo podemos contribuir al desarrollo sostenible.

En el caso de las Illes Balears, concretamente, de la isla de Mallorca, en la que contamos con cinco hoteles situados en la playa de Palma, nuestro camino hacia la circularidad comenzó con la implantación del proyecto «Hoteles Circulares». Riu Hotels & Resorts nació en la isla, y sentimos que nuestro camino hacia la circularidad debía empezar en el mismo lugar.

La iniciativa «Hoteles Circulares» nació como respuesta a una necesidad que teníamos los hoteleros de aprovechar, gestionar y dar un segundo valor a los residuos alimentarios que salen de nuestros hoteles. El proyecto funciona porque las cadenas hoteleras aportamos nuestros residuos orgánicos, las empresas WDNA y Tirme se encargan de medirlos y de transformarlos en compost respectivamente, y los agricultores locales Agromallorca y Son March utilizan el compost para cultivar los productos que posteriormente adquirimos y ofrecemos a nuestros huéspedes. Contribuye en gran medida a la sostenibilidad, promoviendo el equilibrio social, ambiental y económico. También evita la contaminación del medio ambiente, crea empleos verdes, reduce el uso de recursos naturales y energéticos, y avanza en la digitalización de la industria hotelera.

La implantación de «Hoteles Circulares» nos demostró que la circularidad es el futuro. Por eso, no tardamos en apostar por la implantación de un nuevo proyecto de circularidad con la reforma del hotel Riu Concordia que se llevó a cabo entre 2019 y 2020. Queríamos evitar el vertido de residuos reciclables generados por la obra y asegurar su trazabilidad. Gracias a nuestra alianza con Mac Insular, empresa que asumió la gestión de estos residuos, pudimos hacerlo. Los escombros se destinaron a rellenos de obra o gravilla, y los más voluminosos los donamos a la Fundació Deixalles, que proporcionó una vida útil a los residuos que estaban en buen estado. Conseguimos reciclar 776 kg de electrodomésticos y descartar únicamente un 0,89% de las 14.215 toneladas de residuos recopilados. Además, todos los materiales en condiciones óptimas como sábanas, mantas o vajillas, se donaron a la Cruz Roja.

Nuestra intención es seguir implantando proyectos de circularidad en los distintos destinos en los que se ubican nuestros establecimientos. En Tenerife, isla en la que operamos con cuatro hoteles, estamos participando en la primera Comunidad Turística Circular en Canarias. Como sector privado, tenemos la responsabilidad de reconocer la economía circular como un nuevo modelo de actuación que nos permite crear un futuro más sostenible. No obstante, es indispensable contar también con la participación y compromiso del sector público y de otros sectores, para crear todo un ecosistema circular que nos beneficie a todos y podamos seguir disfrutando de las ventajas y avances de este sistema sostenible. Porque la idea final es dejar un mundo igual o mejor que el que nos hemos encontrado nosotros, para que lo puedan disfrutar las siguientes generaciones, nuestros hijos y nuestros nietos.