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El director ejecutivo de Greenpeace España, Juan López de Uralde, expresó ayer a su mujer y a uno de sus hermanos las condiciones «duras y desproporcionadas» derivadas de su encarcelamiento, que tuvo lugar el pasado 17 de diciembre tras realizar una acción de denuncia en la Cumbre del Clima de Copenhague (Dinamarca). «Nos tratan como a perros», aseguró a su familia.

Uralde, que permanece en la prisión danesa de Vestre Faengsel, ha permanecido incomunicado de sus familiares hasta ayer, según especifica Greenpeace en un comunicado, en el que señalan que el encuentro ha sido supervisado por la policía danesa.

Así, la visita contó con la presencia de un policía y una traductora, además del cónsul español en Copenhague. En el encuentro sólo se pudieron tratar temas personales, ya que los relacionados con el caso estaban vetados. A la salida del encuentro, los familiares del director de Greenpeace España manifestaron que Uralde «se encuentra más delgado de lo habitual», al mismo tiempo que expresó «su indignación con la situación, aunque está tranquilo».

Respecto a su encarcelamiento, Uralde relató que, desde su llegada a la prisión, los cuatro activistas de Greenpeace detenidos por irrumpir en la cena de gala ofrecida por la Reina Margarita II de Dinamarca a los jefes de Estado y de Gobierno asistentes a la Cumbre del Clima de Copenhague permanecieron junto a otros 60 detenidos, durante 24 horas, en una estancia con unas colchonetas en el suelo y una cámara de seguridad en el techo.

Los activistas han permanecido en un régimen especial de aislamiento, sin acceso a mensajes ni contacto con el exterior, hasta el pasado lunes, cuando se mezclaron con presos comunes. «Sorprendentemente nuestros compañeros están siendo tratados como presos comunes. Nos parecen desproporcionadas las medidas que se están llevando a cabo con ellos y creemos que son un castigo a la sociedad civil que lucha por un mundo mejor», señaló el director de campañas de Greenpeace, Mario Rodríguez.

Por otra parte, Amnistía Internacional considera que la detención de los activistas más allá de la celebración de la vista con el juez, mañana, sería una decisión «desproporcionada e injusta».

En un comunicado, AI recuerda que la acción que llevaron a cabo fue «en todo momento pacífica» y legítima y que «no pretendía atemorizar ni amenazar a nadie, ni obtener un beneficio personal».