El suicida hizo explotar junto a una zona comercial las bombas que llevaba adosadas.

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La festividad chií de Ashura se vio empañada ayer en Pakistán por un atentado suicida contra una procesión religiosa en la ciudad sureña de Karachi, que acabó con la vida de al menos 30 personas y dejó heridas a otras 63, según contabilizan fuentes oficiales.

La explosión tuvo lugar en la parte delantera de una procesión que conmemoraba en Karachi la festividad de Ashura, la más sagrada del calendario islámico chií.

De acuerdo con los medios paquistaníes, después del ataque se registraron estampidas, hombres armados efectuaron disparos y varios grupos de personas incendiaron decenas de vehículos y medio centenar de establecimientos, además de apedrear a la Policía.

La procesión chií -corriente del Islam minoritaria en Pakistán- transitaba por la avenida Jinnah de Karachi en el momento de la explosión.

Tanto el presidente de Pakistán, Asif Alí Zardari, como el primer ministro, Yusuf Razá Guilani, condenaron el atentado y llamaron a la población a mantener la calma durante la festividad.

Una portavoz de la provincia de Sindh aseguró que unos 100.000 policías y 5.000 agentes de un cuerpo especial de las fuerzas de seguridad se hallan desplegados en la urbe meridional.

El 'nazim' o máxima autoridad civil de Karachi, Mustafá Kamal, manifestó a los medios que el ataque no iba dirigido contra una confesión religiosa concreta sino contra todo Pakistán.

Desde la noche del domingo tienen lugar largas procesiones chiíes en las principales ciudades de Pakistán, donde se han intensificado las medidas de seguridad ante el temor de que se registren episodios de violencia confesional.

Durante los dos últimos días ya se habían registrado sendas explosiones en Karachi -una de ellas contra chiíes- que dejaron decenas de heridos.

También el domingo, en la víspera de la fiesta sagrada de Ashura, al menos diez personas perdieron la vida y unas sesenta sufrieron heridas en un atentado suicida registrado en las proximidades de una mezquita chií en la ciudad de Muzzafarabad, capital de la Cachemira paquistaní, donde no acostumbran a registrarse atentados.

Pakistán cuenta con una mayoría musulmana suní y los chiíes representan entre un 20 y un 30 por ciento de la población.

En varios puntos de Pakistán se han registrado con relativa frecuencia durante los últimos años episodios de violencia sectaria, como atentados contra mezquitas chiíes.

También se han producido, sobre todo en el cinturón tribal fronterizo con Afganistán, combates entre milicias chiíes y grupos suníes apoyados por los talibanes, que siguen esta corriente del Islam.

La festividad de Ashura, el décimo día del mes de Muharram, conmemora el martirio del imán Husein, nieto del profeta Mahoma, quien un día antes de morir fue derrotado en la batalla de Kárbala (Irak), junto a 72 de sus compañeros en el año 680 por el ejército del califa omeya Yazid I.