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Cuando ya casi nadie recuerda al Drácula de Bela Lugosi, los vampiros han vuelto para ser protagonistas en las fiestas de Nadal. Las librerías están plagadas de historias de estos seres pálidos y peligrosos que resaltan en los escaparates con sus colmillos sangrantes. La saga más famosa es Crepúsculo, de Stephenie Meyer, que ya va por Eclipse, su tercer volumen, pero también hay otras no tan conocidas como Adicción, de Claudia Gray, o Ghostgirl, de Tonya Hurley.

Además de estas novedades, hay una amplia oferta de libros «para regalar cultura en estas fiestas», como ha sugerido hace unas semanas la ministra del ramo, Àngeles González-Sinde. Desde El Corte Inglés, Antonio Sánchez nos presenta textos como El símbolo perdido, el último de Dan Brown, «una de las principales propuestas para estas navidades» y afirma que « la saga Crepúsculo también se puede considerar como un best-seller porque se está vendiendo muy bien».

Gloria Forteza, de Embat Llibres, también recomienda algunos best-seller como la saga Millennium, de Stieg Larsson, que finaliza con su último libro, La reina en el palacio de las corrientes de aire, «una historia que atrapa, pero también es muy buena a nivel literario»; La Mà de Fàtima, de Ildefonso Falcones, (autor de L´església del mar); o Caín, lo último del escritor portugués José Saramago; e Invisible, de Paul Auster.

Los libros de autores locales en catalán también aparecen como una buena opción a la hora de elegir los regalos. En Embat recomiendan algunas novedades como La vida Considerada, de Miquel Cerdà, novela que inicia la trilogía Diari de pusil·làmines. O Mateu el President, la cuarta novela negra de Sebastià Bennàsar, un complot para asesinar al presidente del Barça; también Literatura, passió insubstituible. Diari d´ombres, paisatges i figures, de Antoni Serra Bauçà; L´home dels pijames de seda, de Màrius Carol, o algo un tanto más que sorprendente como Les vacances mallorquines de Jack l'Estripador, de Miquel Ferrà.

Por otra parte, dentro de la literatura nacional, Verónica y Joana, de Llibres Colom, destacan novelas como El tiempo entre costuras, de María Dueñas, o El viaje íntimo de la locura, de Roberto Iniesta (Robe) líder de la banda 'Extremoduro'.

Pues la verdad es que llevo ya muchos años hablando de libros y recomendando libros y, a la hora de hacerlo, ya me he puesto lírica, épica, dramática y metafórica. Creo haberme puesto de todas las formas posibles. Así que ahora, en el momento de buscar una razón por la cual la gente debería regalar libros en Navidad, he llegado a la conclusión de que no encuentro ninguna mejor que ésta: por eliminación. ¿Qué otra cosa se puede regalar? ¿Acaso unos gemelos, cuando los puños de las camisas ya no tienen agujeros? ¿Una pitillera? Si ya no se puede fumar ni al aire libre. ¿Qué tal un robot de cocina? Al final acabas guardándolo en el trastero y se convierte en una molestia. No, no pienso ponerme metafórica, ni didáctica. Ni mucho menos lírica. Un libro empaquetado siempre queda perfecto. Puede ocupar poco espacio. Y si no gusta, por lo menos es decorativo. Ya no digamos si encima las tapas hacen juego con el tapizado del sofá o las cortinas del salón. Aquí no obligamos a leer a nadie. Por favor. Pero siempre será mejor que el manido perfume que, al destaparlo, te causa una náusea insoportable y que juras no ponerte jamás. Tampoco vamos a compararlo con el regalo que últimamente se ha puesto de moda: las bragas rojas -o los calzoncillos rojos- que, según dicen los supersticiosos, son imprescindibles para la noche de fin de año. Pues bien, ¿qué son unas bragas rojas sin un poco de cultura literaria? No son nada, en definitiva. Nadie me negará que su utilidad será bien diferente si uno ha tenido a bien leerse antes a los trovadores provenzales. No comparemos. Todo sale mejor -incluso poner en funcionamiento el robot de cocina- con un poco de literatura. Mucho más aún atreverse con un regalo que denota confianza, por otra parte. Para algo se esforzaron tanto los trovadores provenzales.