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El éxito del Real Mallorca esta temporada se sustenta en la unión en el vestuario en un año convulso en lo institucional, pero que está resultando extremadamente dulce en lo deportivo. Sin embargo, al margen de que el grupo haya precintado el vestuario de todo lo que ha rodeado al club este último año, en el capítulo futbolístico hay varias situaciones que se vienen sucediendo jornada a jornada y que, sin ir más lejos, no se daban la pasada campaña.

Como cada verano el equipo sufrió bajas de consideración en verano y Manzano tuvo que volver a idear un plan de emergencia. No hay duda, es un buen plan.

El entrenador andaluz ha construido un equipo basado en la solidez defensiva, que interpreta como pocos la salida al contragolpe y que además es capaz de finalizar las llegadas con goles. Pese a tener un goleador con nombre propio como Aritz Aduriz, en total han sido once los jugadores del primer equipo que han marcado, lo que indica que cualquiera en este equipo puede desnivelar la balanza en un partido. Además hay un dato muy clarificador y es que el equipo balear ha marcado en todos los partidos que ha jugado menos en uno, en el que disputó en el Pizjuán frente al Sevilla. Sólo el Barça ha logrado anotar en todos los encuentros.

Manzano ha aprendido la lección que temporadas atrás tanto le costó asimilar cuando realizaba continuos cambios tanto en el once como en el esquema. Si anteriormente variaba de forma sistemática, más allá de lesiones y sanciones, esta temporada parte de una idea definida, apuesta por jugar con dos puntas y sobre todo por dotar al equipo de una seguridad absoluta en las jugadas a la contra. Pero el equipo también se encuentra bien con el balón, sabe tocar, tiene recursos tanto por el centro como por las bandas y la pelota circula casi siempre por donde más le conviene al equipo.

Pero por si esto fuera poco, el preparador andaluz cuenta casi siempre con la posibilidad de situar un 'plan B' en las segundas partes si falla la estrategia inicial. Tiene diferentes alternativas en toas las líneas del campo, sobre todo en el centro del campo y también en la delantera donde Aduriz es el único fijo y a partir de ahí van entrando y saliendo Webó, Víctor e incluso Keita, que es el mejor recurso para desatascar un partido y estresar la defensa rival cuando el choque se adormece.

Los aficionados tienen su once 'tipo' en la cabeza y es que este Mallorca tiene, sobre todo, personalidad sobre el campo. Aouate, Nunes, Ramis, Borja y Aduriz están en todas las quinielas y son indiscutibles en este Mallorca, pero a partir de ahí Manzano ha dado entrada y salida a hombres como Corrales y Mattioni en defensa, Martí tampoco es indiscutible, tampoco Mario Suárez o incluso Julio Àlvarez. Por la izquierda empezó Tuni, pero ahora se ha consolidado Castro y en la delantera el jugador vasco es fijo y a partir de ahí las variaciones son constantes.

Manzano apuntó en pretemporada que le fútbol moderno no entiende de equipos 'tipo' y sí de plantillas y de recursos y salvo excepciones como Rubén, Varela, Bruno China, Pezzolano y Óscar Díaz, la presencia del resto de futbolistas es constante en el equipo. Otra cosa es que sirva para poder consolidarse en el once titular, circunstancia que está muy cara en el Mallorca de esta temporada. El próximo mes es clave para medir todos los recursos de este equipo que puja por subirse de nuevo al tren Europeo en una campaña que puede ser histórica.