Nadal celebra un punto ante Lehecka en el Masters 1.000 de Madrid el pasado martes. | Susana Vera

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Como si de un alumno se tratara, se puede decir que Rafael Nadal ‘progresa adecuadamente’. Se acerca el examen final de París y el ‘manacorí’ tiene una nueva reválida la semana que viene en el Foro Itálico de Roma, sede del último Masters 1.000 en tierra batida antes de que llegue la prueba definitiva Roland Garros. El ganador de 22 Grand Slams se saltó el examen de Monte Carlo, el torneo que más veces ha ganado después de sus 14 entorchados en París y sus 12 Conde de Godó. En esos días, Nadal realizaba parciales con alumnos de su academia de Manacor y, como él mismo reconoció en Madrid, algunos de ellos sacaban mejor nota que él en la pista.

Con muchas dudas llegó la cita de Barcelona y Nadal aprobó el primer parcial ante el italiano Cobolli, quien sufrió en demasía el ‘miedo escénico’ de la central del Real Club Tenis de Barcelona y, sobre todo, tener en frente al mejor jugador de tierra batida de todos los tiempos. El siguiente parcial ya era de hincar más los codos. Alex de Miñaur, en las puertas de los top-ten, no se dejó impresionar, aunque en el primer set Nadal estuvo a punto de sacar mejor nota que su rival. Fue la primera vez en la que se vio un poco todo lo que había estudiado Nadal en los últimos meses, pero en el segundo set su rendimiento bajó, lo cual no dejaba de ser normal. La nota del torneo era un notable porque, lo más importante, el tenista no se había resentido de sus múltiples dolencias, sobre todo la de la parte abdominal que le mermaba el servicio y, en cuanto al juego, aunque algo lento, sí que se vieron algunas pinceladas que recordaban al Nadal de siempre.

La siguiente prueba ha sido Madrid. El primer parcial casi no puntuó porque el control era muy fácil ante el imberbe Darwin Blanch (más allá del puesto 1.000 de la ATP), colocado en el torneo porque su agencia, IMG, la misma que la que organiza el torneo. Tras este parcial solucionado con suficiencia pero que poco o nada aportó sobre la mejoría del ‘estudiante’, llegó la ‘repesca’ contra De Miñaur y ahí ya se vio que Nadal seguía mejorando sus calificaciones. Su siguiente examen era Pedro Cachín, que obligó al de Manacor a estar concentrado todo el tiempo. Volvió a salir victorioso de la prueba, pero la siguiente era otra asignatura ‘hueso’ en forma de checo Jiri Lehecka. Nadal no superó el ejercicio pero, paradójicamente, realizó, sobre todo en el primer set, el mejor examen hasta la fecha, lo cual da motivos para la esperanza de cara a Roma y París.

Si todo va según lo previsto, el tenista continuará en el Foro Itálico con su plan un tanto conservador en cuanto a los esfuerzos en la cancha, pero con la intención de ir subiendo su nota media como ha ido haciendo progresivamente desde que se examinó ante Cobolli. Un día muy importante será el jueves 23 de mayo. En esa fecha Nadal no tendrá ninguna prueba, pero sabrá los exámenes parciales eliminatorios que deberá ir superando en Roland Garros. Al no ser cabeza de serie, desde el primer escollo se puede encontrar con ‘asignaturas’ muy difíciles, pero atención si aprueba esos primeros ‘parciales’. Puede ser cum laude.