Nadal, durante una de sus últimas sesiones de entrenamiento en su academia.

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Sin prisa, pero sin pausa. Rafael Nadal sigue apurando los plazos de cara a su posible regreso a las pistas en 2024. En el último vídeo subido a las redes sociales, se ve al vencedor de 22 Grand Slams ejercitándose en su academia a un ritmo cada vez más alto, tanto en el golpeo de la bola como, sobre todo, en sus desplazamientos, que es realmente lo más importante después de su lesión en el psoas de la que se operó a primeros de junio en Barcelona.

Tras un período de reposo, el tenista comenzó la primera fase de recuperación con sesiones de rehabilitación en el gimnasio, que siguió durante el verano, parte del cual lo pasó con su familia visitando las islas griegas. De regreso a Manacor, comenzó de una forma muy suave a pisar la pista. Los primeros entrenamientos se limitaban a apenas media hora con casi movimientos del tren inferior. Poco a poco, y según los diferentes vídeos de corta duración que ha colgado en sus redes sociales, además de algún otro grabado por aficionados, se ha podido ver cómo Nadal ha ido incrementando progresivamente su ritmo de entrenamiento y, se supone, su tiempo en pista.

El pasado 19 de septiembre Nadal concedía una entrevista a Movistar + en la que decía: «Mi ilusión es dentro de dos meses saber cómo y dónde estoy». El ‘plazo’ se cumple la semana que viene y habrá que ver si el tenista da alguna información o pista acerca de su evolución física y su deseado regreso a las pistas en 2024, posiblemente en algún torneo previo al Open de Australia, que se celebra entre el 14 y el 28 de enero. De hecho, todas las sesiones que ha llevado a la práctica hasta la fecha han sido sobre pistas de una superficie muy parecida, si no igual, a la que se disputa el primer Grand Slam de la temporada.

Parece complicado que en el caso de reaparecer a principios de 2024 Nadal pueda ofrecer su mejor versión y sería a partir del inicio de la temporada de tierra cuando, si su físico se lo permite, podría ser realmente competitivo de cara a una cita marcada en rojo por los aficionados: Roland Garros 2024.