Pablo Carreño posa en las instalaciones del Mallorca Country Club. | Pere Bota

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A la sombra de una leyenda como Rafael Nadal, un grupo de tenistas españoles ha ido haciendo carrera y forjando un palmarés que, en el caso de Pablo Carreño Busta (Gijón, 1991) resulta más que notable. Campeón de la Copa Davis, Top 10 mundial, doble semifinalista del Abierto de Estados Unidos, vencedor de seis títulos ATP y bronce olímpico en Tokio, el asturiano aprovecha su parada en el Mallorca Championships –donde hoy debuta ante el suizo Antoine Bellier– para coger ritmo en hierba, con Wimbledon concentrando el grueso de sus ilusiones a corto plazo, como comenta durante su encuentro en el Country Club con Ultima Hora.

¿Qué supone poder disfrutar y disputar un torneo de hierba en España, siendo una superficie con poca tradición y pistas en nuestro país?
—Es raro, pues no sé cuántos clubes habrá en nuestro país con pistas de hierba. No estamos acostumbrados a jugar en esta superficie. Pero lo importante y lo que es bueno para nuestro deporte es que haya torneos en España, sea de tierra, pista rápida o hierba. Eso hará que la gente pueda vernos de cerca y a los jugadores nos hace siempre especial ilusión poder jugar en casa.

¿Era necesario recuperar o situar en el mapa del tenis profesional a un lugar como Mallorca?
—Obviamente que poder venir a Mallorca, en esta época en la que se está bien en cuanto a temperatura, igual los tenistas no lo disfrutamos tanto, pero nuestros acompañantes sí que lo hacen. Yo lo pasé muy bien el pasado año aquí, y eso que había restricciones por la pandemia, y seguro que esta edición va a mejorarlo, por la experiencia y el cartel. Mallorca debe seguir dentro del circuito profesional, tiene argumentos y ha trabajado fuerte para ello.

¿Cuáles son sus perspectivas de cara a este Mallorca Championships?
—En esta superficie, las expectativas están puestas en ir partido a partido. A mí me cuesta jugar, aunque la semana pasada me fue bien, disputé tres partidos y eso me va a ayudar mucho, pero nos queda adaptarnos a las pistas y ver cómo nos encontramos en competición. Este torneo es una gran oportunidad para jugar partidos en esta superficie y en un lugar como Mallorca. Lo importante va a ser disfrutar y amoldarse a la hierba, donde la confianza llega con las victorias y a medida que sumemos minutos en la pista.

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¿Resulta singular este tramo de la temporada, por lo corto en el tiempo, aunque con ese colofón que supone Wimbledon?
—Son pocas semanas. Normalmente venimos de Roland Garros y tras una gira de tierra batida en la que los españoles solemos jugar muchos partidos. Normalmente aprovechamos para descansar un poco, pero este año yo, por circunstancias, jugué en Halle, lo haré aquí en Mallorca y después en Wimbledon. Será la primera vez que juegue tres torneos de hierba en un mismo año, de momento ha ido bien a intentaremos seguir con esa racha.

¿Hasta qué punto es importante sumar y acumular horas en pista?
—Lo importante será llegar bien físicamente, y esta semana va a ser importante de cara a esa meta, con entrenamientos y esperemos que unos cuantos partidos para estar bien en Wimbledon. Sabemos que es un torneo diferente, difícil, pero la ilusión de hacerlo bien y llegar lejos está ahí y vamos a probarlo. Es un momento siempre especial, pues no siempre se juega en hierba y es un escenario emblemático en el tenis mundial.

La figura de Rafael Nadal lidera la ‘Armada’, pero por detrás, un grupo de jugadores como usted se han encargado de forjarse un buen palmarés. Eso deja ver que hay relevo...
—Al final, yo llevo toda mi carrera a la sombra de Rafa (Nadal). Él eclipsa a todo el mundo, porque es un fuera de serie, una persona única y un extraordinario tenista que hace cosas que no están al alcance de nadie más. Basta ver su palmarés y lo que vimos en Roland Garros hace nada. Es normal que la prensa, patrocinadores y demás se olviden un poco del resto de jugadores. Pero creo que, tanto yo como Bautista, Nico Almagro, Verdasco, Ferrer, Davidovich y otros jugadores han mostrado un nivel muy alto. Y por detrás vienen otros como Carlos Alcaraz que pueden incluso mejorarlo. Por suerte, la salud del tenis español es notable. Obviamente, si quitas a Rafa (Nadal) de esa lista se nota, pero aún así vamos a seguir disfrutando de un muy buen tenis, seguro.

¿En qué se diferencia el hecho de conseguir una medalla olímpica de ganar un título del circuito de la ATP?
—Para mí fue algo inolvidable. Tenía el sueño, creo que como todos los tenistas y los deportistas, de disputar unos Juegos Olímpicos. En Río tuve la opción, pero al ser el sexto español en el ránking, no pude porque sólo podían ir allí cuatro. En 2020, no se pudo por la pandemia, se retrasaron… Al final se pudieron celebrar, pero fueron unos Juegos diferentes. Aunque para mí no, porque eran los primeros en los que podía participar. No sé cómo son unas Olimpiadas normales, con público, pero más allá de hacer realidad ese sueño de participar y representar a mi país, pude cumplir la meta de ganar una medalla, venciendo a (Daniil) Medvedev en cuartos y a (Novak) Djokovic en el partido por el bronce. A lo largo de mi carrera, he conseguido resultados buenos, pero ganar esa medalla fue algo muy especial, por aquello también de que sólo se juega cada cuatro años.