Los jugadores del equipo de Javier Aguirre aterrizan en la Isla horas después de haber disputado la final de la Copa del Rey contra el Athletic Club. | Miquel Alzamora

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Superadas la una y media de la tarde los jugadores del Real Mallorca aterrizaron en Palma procedentes de Sevilla. El vuelo de Air Europa tomó tierra en la Isla trasladando al subcampeón de Copa, aunque por ahora este título de consolación no sirve para neutralizar la dureza del golpe recibido en La Cartuja tras caer en los penaltis frente al Athletic Club de Bilbao.

En la terminal de llegadas apenas veinte aficionados, tal vez alguno más, animó a unos futbolistas que fueron subiendo al autocar con rostros cansados, sin duda tras una noche de dormir muy poco o prácticamente nada. Las emociones de todo lo vivido en Sevilla impidió a los jugadores conciliar el sueño y sus rostros así lo reflejaban.

El primero en salir del avión fue Andy Kohlberg, seguido del entrenador Javier Aguirre, que estuvo acompañado por Pablo Ortells. Ellos fueron los primeros en subirse al autocar tras recibir los primeros mensajes de ánimo de los seguidores que allí estaban concentrados.

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A partir de ahí el carrusel de futbolistas fue entrando despacio en el autocar. Algunos de ellos se pararon a firmar autógrafos y a chocar las manos de los seguidores, en especial los más pequeños. Pero no había ningún tipo de consuelo, en especial para Abdón Prats, el gran damnificado de la final y que se quedó sin minutos cuando estaba calentando en la banda para ser un recurso durante la prórroga del encuentro. Sin embargo, las molestas y lesiones que se encadenaron en la defensa impidieron a Aguirre hacer el cambio y finalmente se quedó sin minutos. En su rostro se reflejaba también ese momento tan complicado porque nunca se sabe si llegará o no una nueva final.

La mayoría de futbolistas subieron al autocar. Dani Rodríguez, el autor del gol en La Cartuja, se paró a firmar autógrafos, aunque en su rostro se reflejaba también la decepción por lo sucedido en la noche del sábado en Sevilla. Sergi Darder y Abdón Prats entraron juntos en el bus. Ni uno ni otro tenían cuerpo para nada, pese a los ánimos de los seguidores. «Vamos Abdón, ánimo», le gritaban los aficionados. Muriqi también fue uno de los más clamados, al igual que Gio y Pablo Maffeo. También Morlanes, que fue uno a los que más animaron. El jugador también tuvo unos instantes entre los más pequeños.

El último en subir al bus fue el guardameta Dominik Grefi, que intentó dibujar una sonrisa en su rostro cuando atendía a los seguidores y se hacía fotos con los más pequeños. Sin duda el guardameta es uno de los que más reforzado ha salido en esta Copa del Rey.

Posteriormente el bus del equipo se desplazó a Son Moix donde los jugadores y el cuerpo técnico cogieron sus vehículos para abandonar el estadio y dirigirse a sus domicilios. Este lunes, según indicó el propio técnico, el equipo descansará y a partir de mañana centrará sus esfuerzos en volver a la realidad y a preparar el encuentro del próximo sábado frente al Real Madrid (18:30 horas, Son Moix)