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El Real Mallorca perdió (1-2) ante la Real Sociedad, que materializó el triunfo en el tiempo añadido. El conjunto de Aguirre jugó con diez futbolistas toda la segunda mitad, después de que Raillo fuera expulsado en los minutos finales del primer tiempo. El Mallorca, de inicio, salió con dos delanteros, pero mantuvo la defensa de cinco habitual. El gol tempranero de Antonio Sánchez fue neutralizado por la Real antes del descanso. González Fuertes es un árbitro horrible, que se equivoca en demasía, que no mantiene el mismo criterio durante el partido… Y dicho esto, la realidad es que la expulsión de Raillo al filo del descanso fue justa.

Aguirre desistió de introducir un nuevo central al inicio del segundo tiempo y pasó a jugar con cuatro defensas. La Real Sociedad, como estaba previsto, dominó. Lo hizo con insistencia, pero no fue hasta el tiempo de prolongación cuando los donostiarras se adelantaron en el marcador. El árbitro tuvo una pésima actuación, se equivocó con reiteración, pero la Real Sociedad fue mejor. De eso, no hay duda.

Ah, por cierto, si Laura Sánchez hubiera expulsado a Miquel Santandreu por hablar en catalán, Tomeu Riera Morro, presidente de los árbitros, hubiera reaccionado con rapidez, asegurando que la colegiado jamás volvería a pitar en Balears. Pep Sansó, presidente de la Federación, hubiera puesto el grito en el cielo. No tengo dudas de que Joan Antoni Ramonell, director general d’Esports, hubiera explicado las medidas que adoptaría el Govern. Y las redes sociales se hubieran inundado de comunicados de los equipos de Balears, solidarizándose con el entrenador. Y no tengo dudas de que el Mallorca hubiera organizado un homenaje al entrenador expulsado. Es decir, que Laura Santos no expulsó a Miquel Santandreu por hablar en catalán. ¿Seguro, no?