La plantilla del Real Mallorca, sobre el césped del estadio de Son Moix durante un entrenamiento. | RCDM

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A mitad de camino entre el sueño y la realidad, el Real Mallorca vuelve este domingo al lado oscuro de la carretera. El equipo de Javier Aguirre, que en lo que va de temporada solo ha facturado tres victorias y todas en la primera vuelta, empieza a notar la lava del descenso bajo los pies y está obligado a trasladar a Laliga parte de esa magia de la que se alimenta en la Copa del Rey. En este caso, además, va a tener delante a un Rayo Vallecano que pese a vivir unos escalones por encima desprende muy malas sensaciones y tiene exactamente las mismas necesidades (Son Moix, Movistar LaLiga, 16.15 horas).

El Mallorca cambia otra vez de registro y ahora lo hace cargado de obligaciones. Ese colchón que le protegía de las altas temperaturas del fondo de la clasificación ha desaparecido en cuanto han abierto los ojos equipos como el Celta o el Sevilla y los bermellones juegan ya sin casco ni red. No gana un partido del campeonato regular desde finales de diciembre y resiste fuera de la zona roja gracias, sobre todo, a la irregularidad de sus vecinos. El último de ellos en hacerle un guiño ha sido el Cádiz, que destapaba el viernes la jornada perdiendo en casa y anulando la posibilidad de un múltiple empate a 20 puntos. Con la Copa aparcada hasta final de mes, al Mallorca le toca actualizar sus números. Ya no solo por el salto que supondría ganar al Rayo, sino porque también arrastraría al conjunto madrileño hacia las arenas movedizas.

Aguirre mantiene la baja de larga duración de Pablo Maffeo a la que se suma además la de Martin Valjent, con un golpe en la rodilla, pero puede contar por primera vez con Nemanja Radonjic, que ya ha resuelto los problemas burocráticos que le impidieron debutar en San Mamés y que ya tuvo sus primeros minutos frente a la Real Sociedad. Esta vez la gran novedad en el once del mexicano puede estar en ataque, donde todos los focos apuntan a Vedat Muriqi. Con Cyle Larin sancionado por acumulación de amonestaciones y Abdón Prats algo tocado del tobillo tras la batalla copera, el kosovar tiene todas las papeletas para salir de inicio más de tres meses después. La lesión congeló su rendimiento y está todavía lejos de su mejor nivel, pero una buena actuación en casa o un poco de puntería podrían acelerar la vuelta a la normalidad.

Samú Costa, suplente en San Mamés, es otro de los que volverá a meter la cabeza en el once. Igual que Raíllo, ausente el martes contra la Real Sociedad por exigencias del guion. El cordobés también sufre alguna pequeña molestia, según anunció el propio Aguirre este sábado, aunque está llamado a tomar de nuevo el mando de la defensa con la ayuda de Nastasic y probablemente Copete, más Gio González y Jaume Costa por los costados.

Enfrente el Mallorca tendrá a un conjunto al que se le empiezan a amontonar problemas a las puertas del vestuario, porque el Rayo Vallecano afronta su visita a Son Moix en un delicado momento. Encadena tres partidos sin ganar, en casa se está mostrando vulnerable y es el segundo peor conjunto de la categoría y jornada a jornada demuestra una falta alarmante de gol. La ausencia de pólvora de sus delanteros es lo que más está lastrando el rendimiento del cuadro vallecano, que desde que tumbó a domicilio al Getafe en el Metropolitano solo ha sumado un punto de quince posibles. Sergio Camello lleva dos goles, Radamel Falcao y Randy Nteka uno y Raúl de Tomás ninguno.