El delantero kosovar del Mallorca Vedat Muriqi (d) se lamenta durante el partido de ida de las semifinales de la Copa del Rey que RCD Mallorca y Real Sociedad disputan este martes en el estadio de Son Moix, en Palma de Mallorca. | Cati Cladera

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Vedat Muriqi sigue trabajando para ofrecer su mejor versión. El Mallorca le necesita y Javier Aguirre también. El técnico mexicano, consciente de la peligrosidad que conlleva la lesión que sufrió el pasado 12 de noviembre en un partido con Kosovo, ha ido poco a poco dándole entrada con el objetivo de que recupere sensaciones. Fue mucho tiempo parado desde que volvió a jugar el 21 de enero ante el Villarreal y eso en un futbolista, por mucho talento y calidad que tenga siempre le pasa factura.
Desde ese día en La Cerámica, el jugador ha ido poco a poco tomando de nuevo contacto con el césped consciente de que para recuperar al mejor Muriqi hay que ir poco a poco. Diez minutos ante el Villarreal; 32 frente al Betis y media parte en San Mamés. También ha gozado de protagonismo en Copa ante el Girona (19 minutos) y media hora frente a la Real. Tiempo que el futbolista trata de aprovechar para volver a conectar con el juego y con sus compañeros.

Las lesiones de larga duración como las de Raíllo o Muriqi han sido un revés muy importante para el Mallorca porque a nadie escapa la importancia que tienen ambos en zonas tan sensibles como el centro de la defensa y la delantera. También Sergi Darder se lesionó en el peor momento, frenando su adaptación al grupo y mermando a su vez las posibilidades del preparador en la zona ancha. Sin embargo, respecto a Muriqi, bajo ningún concepto era prudente forzar más de la cuenta al kosovar cuya lesión en el gemelo requería de tiempo para olvidarla porque se trata de una zona muy sensible en un futbolista y recaer habría sido fatal.

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La entrada gradual del delantero se ha producido en un momento de la temporada cargado de partidos entre Liga y Copa y ahora, con el equipo metido en problemas en la parte baja, es más necesario que nunca contar de nuevo con los goles de Vedat y también con esa sensación de alerta que genera en los rivales el futbolista cuando está sobre el terreno de juego. Cuando Aguirre además sitúa un equipo con dos puntas, esa posibilidad de generar acciones letales en el área rival se multiplican por dos, tanto si se asocia con Larin como con Abdón. Sin ir más lejos, en el encuentro ante el Villarreal, que supuso su regreso de nuevo al equipo, un desmarque de ruptura suyo propició un claro desajuste en la zaga amarilla y lo aprovechó muy bien Javi Llabrés para anotar el tanto del empate. Y es que no solo son los goles lo que necesita el Mallorca por parte del pirata, también es esa presencia en el campo y sobre todo esa capacidad y fe que siempre ha exhibido a la hora de rematar cualquier balón que le cae encima, sobre todo si es de cabeza.

Esta temporada tuvo dificultades en el arranque con dos errores en lanzamientos de penalti en apenas tres jornadas que minaron en parte su moral, pero se levantó y anotó posteriormente cuatro tantos, recuperando ese instinto matador del que hace gala desde su llegada al Mallorca. Resta todavía por conocer si su entrenador confiará con él de inicio esta próxima jornada. La baja de Larin y la lesión de tobillo de Abdón podrían propiciar que el pirata volviera a jugar de inicio, pero Aguirre no se arriesgará si no ve al futbolista en condiciones para poder arrancar de inicio. En cualquier caso, tanto en el once como saliendo desde el banquillo, el Mallorca precisa de los goles de un futbolista diferencial en el área rival con recursos para marcar goles y también para generar espacios y posibilidades. Todos los partidos este mes de febrero son exigentes y el hecho de haber ganado solo tres partidos de veintitrés hace que las distancias en la zona baja se hayan reducido y tres equipos empatan ahora a veinte puntos.