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Nada está decidido. Queda el partido de vuelta. El Mallorca está vivo, aunque este martes quedó claro que la Real Sociedad es un gran equipo. El conjunto donostiarra quedó claro que es mejor que el equipo de Aguirre. El once de Imanol Alguacil tuvo mayor posesión y dominó territorialmente, pero el Mallorca tuvo también sus oportunidades. El primer tiempo acabó con el resultado inicial, pese a que la Real fue mejor y tuvo las más claras ocasiones. El segundo tiempo fue un recital donostiarra, que tuvo que conformarse con la condena del empate sin goles por su falta de acierto en el remate final.

Son Moix registró una entrada excepcional y el ambiente era el de las grandes oportunidades. El estadio transpiraba emoción y el recuerdo de la noche histórica ante el Girona estaba presente en el recuerdo de los aficionados.

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La Real es un equipo que aprecia el buen fútbol, que disfruta de la posesión y que cuenta con jugadores de enorme calidad, capaces de resolver un partido en cualquier jugada. La Real fue mejor en el primer tiempo, aunque el Mallorca llegó al descanso en su mejor momento.

La Real acaparó la pelota en el inicio del segundo tiempo. Muriqi suplió a Prats cuando se cumplía el primer cuarto de hora del segundo tiempo. El equipo de Alguacil era mejor, pero el cronómetro avanzaba y el marcador no se movía. La Real sometió al Mallorca, Sadiq falló hasta la saciedad, el equipo de Aguirre estaba contra las cuerdas y el gol visitante parecía cuestión de minutos. El mexicano buscó aire y dio entrada a Morlanes, Antonio Sánchez y el debutante Radonjic, pero nada cambió y se llegó al final con el resultado inicial. Eso sí, a un minuto del final, Mascarell suplió a Samu Costa. Aguirre daba por bueno el empate a la espera del milagro en Donostia.