Los aficionados del Real Betis, este sábado, en las gradas del estadio de Son Moix. | CATI CLADERA

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De la fiesta al caos. Del orgullo a la indignación. De los destellos de la Copa del Rey a la penumbra de la Liga. En unos pocos días, el Real Mallorca y su afición han pasado de celebrar en un estadio hirviendo el pase a semifinales de su torneo favorito a preocuparse otra vez por la permanencia con buena parte de la grada pintada de verdiblanco. El caos generado en Son Moix por la masiva presencia de aficionados del Betis, que forzó la reubicación de muchos abonados locales de la Tribuna Oeste Norte, ha causado un profundo malestar entre el mallorquinismo, que después del partido incendió las redes sociales con mensajes contra la actitud del club y sus protocolos de seguridad. Unos hechos que forzaban a la entidad a emitir un comunicado al respecto para ofrecer su versión y disculparse.

El Mallorca, que asegura ser «consciente del trastorno producido», aclaraba que «por motivos de seguridad y siguiendo las instrucciones de la Policía Nacional, se recolocó en la zona Tribuna Oeste Norte, junto a la grada oficial de afición visitante, a la gran mayoría de seguidores del Real Betis Balompié que habían adquirido entradas en el estadio. Esta decisión afectó a 43 abonados del RCD Mallorca».

Añade la entidad balear que durante los días previos al partido se había identificado un número elevado de compra de entradas geolocalizadas en Sevilla (960) y que pese a suponer «solo un 3,7% del aforo» del estadio se informó a la Policía Nacional, cuya Coordinación de Seguridad, una vez abiertas las puertas del recinto, tomó la decisión de «reubicar en la grada Oeste Norte a todos los aficionados béticos. Se les sitúa en la zona donde habitualmente se coloca a la afición visitante, pero ampliando ese espacio debido al gran número de seguidores, entorno a los 1.200. La Policía Nacional asigna esa ubicación por ser la más cercana a la grada visitante y por contar con un menor número de abonados del RCD Mallorca», detalla la nota. «El RCD Mallorca, a su vez, refuerza el sector con seguridad privada y durante el partido no se registra oficialmente ninguna incidencia que afecte a ningún asistente al estadio», añade.

El Mallorca, que se disculpa con sus aficionados por lo ocurrido, subraya a su vez que «tomará medidas para redimensionar la grada visitante de cara a las ocasiones que así lo requieran y continuará trabajando junto a la Policía Nacional para evitar que estas situaciones se repitan en el futuro».