Vedat Muriqi celebra el gol tras marcar ante el Girona. | David Baret

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Son Moix acoge hoy el primer clásico del curso y pilla al Mallorca en esa época de dudas existenciales donde no sabe si ir o venir. El equipo balear recibe esta noche al Barcelona (21:30 horas, Dzan) con mucha necesidad de sumar. El once de Aguirre precisa de victorias para oxigenar su posición en la tabla y sobre todo aumentar su autoestima después de la decepcionante actuación en Girona.
No es el azulgrana el mejor equipo para rehabilitarse, pero lo cierto es que en caso de conseguirlo, la inyección de moral sería superlativa.

Sin embargo, para ganar hay que tener argumentos a la hora de llegar al área rival y Aguirre no es muy amigo de incursiones más allá de la línea que divide ambos terrenos de juego. No lo hace contra el colista y lo normal hoy es que no lo haga tampoco ante el líder de la categoría. El Barça medirá la fe de este Mallorca, encorsetado por su entrenador y que lo rifará todo a lo de siempre: balones a Muriqi.
El técnico seguirá fiel a su idea hasta que termine su contrato o hasta que los resultados dicten sentencia, algo que, en condiciones normales, sucederá más pronto que tarde de no variar el rumbo mediocre del juego mallorquinista.

Porque lo que sirvió para lograr la permanencia el año en que sustituyó a García Plaza y la permanencia holgada el pasado curso no sirve para este. Y no sirve porque Darder no es Kang In Lee y porque el jugador de Artà llegó para desempeñar otra función que no la de correr detrás del balón y frenar al lateral de turno. También el armazón del equipo sufre graves vías de agua, por ejemplo, no cuenta con extremos solventes si cambiade sistema además de un enorme problema a la hora de buscar soluciones a los inconvenientes que se van generando en todos los partidos. Con Darder desplazado de su función principal, la sala de máquinas no tiene brújula y en conjunto el plan es ruinoso.

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Hoy el mexicano plantea numerosos cambios y siendo el partido a las nueve y media de la noche, de lo que pensó ayer antes de acostarse a lo que pensará hoy después de la siesta puede mediar un mundo. Todo hace indicar que Darder no jugará porque el futbolista de Artà es un creador por naturaleza, un generador de fútbol y Aguirre no quiere esto y mucho menos hoy. Ante el Barça se impone el patadón y correr detrás de los jugadores azulgrana. Sergi es de otro perfil.

Pero no será el único cambio. También en defensa puede haber más de uno, como la entrada de Copete y Gio y el cambio de Maffeo de banda. Abdón tiene opciones de ser titular. En condiciones normales el máximo goleador del equipo debería tener espacio en el once, pero en la hoja de estilo de Aguirre las cosa tienen otro tipo de baremo. Y hoy lo que toca es defender. Como por ejemplo hizo el Getafe.

El técnico se mira en ese partido donde Bordalás consiguió empatar a cero ante el once azulgrana, de hecho fue el único equipo que le ha tosido al Barça. El resto de partidos los ha ganado. El último el del pasado sábado cuando superó al Celta tras ir perdiendo por cero goles a dos. Selló la remontada en un par de fogonazos en la recta final.

La realidad es que el de hoy es el peor partido para despegar por los condicionantes de enfrentarte a un equipo grande, de Champions, un rival superlativo en esta Liga por muchos problemas y palancas que se haya visto obligado a activar. Pero hay que intentarlo y solo se podrá conseguir si cada jugador saca a relucir su mejor versión y a lo poco que hace bien el Mallorca puede darle cierta continuidad. Tal vez el rival obligue a vivir mucho en el campo propio, pero la lección de Girona tendría que servir para algo y si el Mallorca habita en el área de Rajkovic entregará la victoria al Barça. Son Moix presentará una buena entrada, aunque resta por ver si se llenará por eso de la pésima hora fijada.