Antonio Raíllo, tras ser operado del tobillo izquierdo en Barcelona. | @RCD_Mallorca

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El Real Mallorca vuelve a recorrer los pasillos del mercado en busca de cemento para su defensa. El club balear, que había destapado la Liga con una plantilla que parecía cerrada, tiene que recuperar la agenda del cajón y sacarle partido rápido. Con la baja hasta final de año de Antonio Raíllo, operado el martes en Barcelona de los ligamentos de su tobillo izquierdo, la plantilla se queda sin su líder mientras pierde profundidad y músculo en la parte trasera. Un agujero en el muro de carga del vestuario que obliga a la dirección deportiva a incorporar algún efectivo que refuerce la zona antes del 1 de septiembre.

La baja de Antonio Raíllo es una de las más dolorosas que va a tener que soportar Javier Aguirre. Además de su futbolista con más galones, el cordobés es el hilo conductor de una defensa sobre la que reposa el resto de su propuesta. Y su ausencia, además de restarle personalidad y liderazgo, le deja con lo justo para protegerse. El mexicano solo tiene a tres centrales natos (de los que uno, el belga Siebe van der Heyden, ni siquiera ha debutado), a un lateral reconvertible (Gio González) y a un canterano (Josep Gayà) al que se le intenta encontrar acomodo en forma de cesión.

Con los números sobre la mesa, la pérdida de Antonio Raíllo también duele. En las dos temporadas anteriores —2021-22 y 2022-23— el capitán se ha perdido 28 jornadas de Liga, la gran mayoría por un problema en el mismo tobillo que ha frenado su progresión ahora. Un boquete importante del que el Mallorca no ha salido muy bien parado, ya que ha perdido exactamente la mitad de ellos: 14. Y de los otros catorce solo ha ganado siete. El resto fueron empates.

El plazo más prolongado sin Raíllo lo vivió entre mediados de agosto de 2021 y finales de enero de 2022. El cordobés, que había jugado el primer partido contra el Betis en Son Moix, desaparecía del mapa hasta que el curso se adentraba en la segunda vuelta y en ese tramo, en el que se perdía una veintena de encuentros —ya no volvería a faltar a ninguno más hasta principios de abril—, el Mallorca solo ganaba cuatro partidos. Los restantes se dividían en siete empates y diez derrotas.

La temporada pasada Raíllo se perdió siete capítulos del campeonato regular. Esta vez, en cambio, muchos de ellos se concentraban en el tramo final —por culpa de una lesión en un dedo del pie que le ha perseguido hasta este verano—, cuando el Mallorca ya había terminado los deberes y había guardado bajo llave la permanencia. Aun así, las cifras del equipo con él fuera del campo tampoco mejoraban: tres victorias y cuatro derrotas.

Entre los candidatos a reforzar la defensa del Mallorca ahora que vuelven a apreciarse las grietas sigue alguno de los nombres que ya habían sonado durante el mes de julio. Como el del mexicano César Montes (Espanyol), reclamado por el propio Aguirre hace meses. Hay que seguir buscando.