Los jugadores del Mallorca celebran el empate a uno de Raíllo ante Las Palmas. | PRENSA2

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Las pretemporadas sirven para poco. Ponen el equipo más o menos en forma, pero futbolísticamente de cada vez es más difícil aventurar qué camino puede tomar el Real Mallorca durante el campeonato regular. Este verano cualquier ejercicio de tratar de aventurar el futuro ha sido poco prudente entre otras cosas porque el líder del equipo llegó justo para subir al bus y viajar a Las Palmas.

En el estadio de Gran Canaria se vio a un Mallorca como es lógico falto de ritmo y como es habitual en el esquema de Javier Aguirre, el equipo salió a verlas venir, a entregar el balón al rival y a matar a la contra y con velocidad. Dos palos, uno desde el punto de penalti y otro de jugada demostraron que este Mallorca sigue teniendo capacidad resolutiva en un abrir y cerrar de ojos. Pero la reacción más importante fue tras anotar el gol el conjunto amarilo. El uno a cero rompió los esquemas y obligó al Mallorca a dar un paso adelante, sobre todo en el segundo tiempo, y ahí es donde más motivos para el optimismo se concentraron por parte de los aficionados mallorquinistas.

Llamó la atención la capacidad resolutiva de Sergi Darder, que no le hizo falta ni un entrenamiento para abrir el tarro de las esencias. En tal sólo 45 minutos el centrocampista demostró el sábado de lo que es capaz con el balón en los pies. Comenzó escorado en la banda izquierda, pero poco después ocupó una posición más centrada donde primero se asoció con Muriqi y después protagonizó a balón parado las mejores opciones de gol del Real Mallorca con medidos centros que sembraron el pánico en la defensa de Las Palmas. Uno de ellos desde el córner provocó el empate del conjunto bermellón tras el gran cabezazo de Raíllo.

Pero no solo Darder brilló con luz propia cuando más lo necesitaba el equipo. La presencia de Samu Costa equilibró al equipo en la zona ancha, mientras que las prestaciones de futbolistas como Dani Rodríguez, Pablo Maffeo y Martín Valjent, al igual que Jaume Costa, permitieron al Mallorca recobrar la figura. Muriqi no marcó, pero enturbió a una defensa que terminó sin saber bien cómo marcarle. Falta mucho rodaje, falta que apareca Larin, pero no es menos cierto que la salida fue más que válida.