Cyle Larin, este miércoles, a su llegada al aeropuerto de Palma. | Miquel Àngel Cañellas

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La novela del verano tiene un final feliz. Cyle Christopher Larin (Brampton, Ontario, 1995) aterrizaba este miércoles en Son Sant Joan para rubricar el contrato que le vinculará al Mallorca hasta el 30 de junio de 2028. El delantero canadiense, la gran prioridad de Javier Aguirre para reforzar una delantera que se había quedado en los huesos después de la operación salida, llega además como uno de los fichajes más caros de la historia del club balear, que abonará 7.5 millones de euros al Valladolid —el precio podría elevarse por encima de los ocho en función de algunas variables— para disfrutar de su pegada y sus goles durante las próximas cinco temporadas.

Con Larin el Mallorca incorpora a otro delantero explosivo para que comparta espacio en ataque con su gran estrella, Vedat Muriqi. Procedentes de dos países con muy poco poso en el fútbol español, entre el kosovar y el canadiense, que llegó a Valladolid en enero cedido por el Brujas, anotaron 23 goles. Unas cifras notables que, en el caso de replicarse, ayudarían al Mallorca a levantar la barbilla para convertirlo en un rival muy peligroso entre la clase media-alta de LaLiga. De momento, deberá ponerse a las órdenes de Javier Aguirre una vez que supere las pruebas médicas y trabajar su puesta a punto entre Son Bibiloni y Son Moix, ya que regresó a Valladolid a finales de la semana pasada y desde entonces solo ha completado unos pocos entrenamientos al margen en los anexos de Zorrilla. Y hoy, cuando se enfunde por primera vez los colores de su nuevo equipo, solo faltarán nueve días para el primer partido de Liga contra Las Palmas. No hay mucho tiempo que perder.

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El que por el momento es el fichaje del verano se ha cocinado a fuego lento y durante los últimos días la desagradable tormenta interna que se había desatado en Valladolid había puesto en riesgo todo el proceso. Tras semanas de negociaciones, el lunes el club pucelano destituía de manera fulminante a Fran Sánchez como responsable de la dirección deportiva y dejaba en el aire una venta que, afortunadamente para el Mallorca, no se ha visto bloqueada durante la transición sobre el puente de mando blanquivioleta. De hecho, este mismo miércoles el nuevo responsable futbolístico de la entidad, Domingo Catoira, levantaba el pulgar a la operación durante su presentación ante los medios y despejaba cualquier incógnita posible. Horas después, Cyle Larin aterrizaba en la Isla.

A sus 28 años, Larin recala en el Mallorca tras explotar en el Valladolid, aunque antes había pasado por la Major League Soccer (MLS) estadounidense con el Orlando City, por el fútbol turco con el Besiktas y por Bélgica, donde defendió los colores del Zulte Waregem y, más recientemente, del Brujas. Este último, que también fue clave para que Muriqi llegara a Son Moix el verano pasado, era el propietario de sus derechos hasta hace unas semanas, cuando el Valladolid ejecutó una opción de compra por valor de 1.5 millones de euros. Una cantidad que ha multiplicado en un tiempo récord.
Cyle Larin también ha sido internacional con Canadá en 60 ocasiones (28 goles) y fue uno de los integrantes de la selección que participó a finales de 2022 en el Mundial de Qatar.

El reto del centro del campo

Una vez cosida con Larin esa brecha que había provocado la marcha de Kang In Lee, la dirección deportiva del Mallorca centrará sus esfuerzos en reformar el centro del campo, muy debilitado por la salida de Galarreta y la situación en la que se encuentran jugadores como Clément Grenier y Antonio Sánchez, a los que se les busca salida. Uno de los nombres que más han sonado es el del espanyolista Sergi Darder, aunque el elevado precio de la operación ha dificultado mucho su buena marcha. El equipo necesita al menos dos refuerzos en la zona de creación.