El colombiano Daniel Luna posa con la camiseta del Mallorca. | RCD Mallorca

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El Mallorca ya tiene definido el bloque con el que competirá hasta que acabe la temporada. El club balear cerraba este martes la ventana de un mercado de invierno en el que ha vuelto a firmar más bajas que altas. Después de un mes abierto a inscripciones, Javier Aguirre tiene tres cromos nuevos en un álbum del que ha despegado otros cuatro. Las llegadas de Dennis Hadzikadunic (Rostov), Ludwig Augustinsson (Sevilla) y Manu Morlanes, todos a través de cesiones con diferentes matices, y las salidas de Lago Junior (Málaga), Franco Russo (Ludogorets), Braian Cufré (cedido al New York City, aunque no se hará oficial hasta que obtenga el permiso de trabajo en Estados Unidos) y Javi Llabrés (cedido al Mirandés) le dejan al entrenador mexicano una plantilla de 24 futbolistas (solo queda libre el dorsal 25) a la que se suman otros dos canteranos con presencia habitual en el primer equipo (Leo Román y Josep Gayà) y un último jugador que podría ser el gran tapado de esta segunda mitad del curso: Daniel Luna, del Deportivo Cali. El atacante colombiano, tal y como anunciaron algunos medios en su país hace veinte días, está brillando el Sudamericano sub’20 y, aunque tendrá ficha filial, trabajará con los mayores. Recala cedido hasta final de temporada y el Mallorca dispondría de una opción de compra tras la que su equipo de origen mantendrá un porcentaje en el caso de una futura venta.

El último día de mercado era relativamente tranquilo en las oficinas de Son Moix. Al menos en cuanto a anuncios. Entre otras cosas porque la penúltima incorporación, muy encarrilada desde la tarde del lunes, cristalizaba con muchas horas de antelación sobre el cierre, que como viene siendo habitual hacía sonar las alarmas con la llegada de la medianoche. Pese a estar sentado en el banquillo del estadio de La Cerámica en el partido contra el Rayo Vallecano que abrochaba la jornada, Manu Morlanes pronto en Son Sant Joan y el club oficializaba su contratación poco antes de las tres de la tarde, una vez resueltos los últimos trámites de una operación que tomará un camino u otro en función de los resultados del equipo. El centrocampista aragonés llega a préstamo y continuará en la entidad más allá del 30 de junio siempre y cuando se consiga la permanencia. Y en ese caso, el desembolso económico que deberá asumir el Mallorca será importante. Seguramente, superior a los cuatro millones de euros.

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Después de todas estas maniobras, Javier Aguirre tiene a su disposición un bloque compensado en el que todas las posiciones del campo están dobladas y algunas triplicadas. De hecho, tanto Hadzikadunic como Augustinsson —ambos de origen sueco aunque el primero es internacional con Bosnia— llegan para taponar las salidas de Russo y Cufré, que le solicitaron al entrenador su salida para mejorar sus condiciones, tanto deportivas como económicas, en otras ligas. En el caso de Morlanes, la idea es que su llegada amortigüe la más que probable marcha de Iñigo Ruiz de Galarreta, que acaba contrato el próximo 30 de junio y no ha extendido su relación con el club.

Manu Morlanes ha participado esta temporada en cuatro partidos de Liga con el Villarreal y fue titular en dos de ellos, ambos con Unai Emery en el banquillo. El curso pasado jugó cedido en el Espanyol a las órdenes de Vicente Moreno y hace dos en el Almería, en Segunda División.

Daniel Luna, por su parte, ha estado en Palma para certificar su fichaje, lo que le llevará a perderse los partidos contra Uruguay y Paraguay de las dos primeras jornadas del hexagonal final del Sudamericano'20, en el que está destacando con su juego. Tras el torneo, se sumará a la disciplina mallorquinista.