Víctor Ruiz, defensa del Betis, realiza una entrada sobre Íñigo Ruiz de Galarreta en el centro del campo. | J. Luis Contreras

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El Mallorca emprendió el viaje de vuelta con el equipaje cargado de incertidumbre por la lesión de Iñigo Ruiz de Galarreta. El centrocampista eibarrés que tuvo que retirarse del campo en camilla antes del descanso, se someterá hoy a las pruebas que determinarán el alcance de su dolencia, aunque después del encuentro todos sus compañeros coincidían. «Pinta mal», apuntaban antes de matizar que deseaban equivocarse. Los gestos de dolor del futbolista nada más caer sobre el tapete y su rostro cubierto de camino al vestuario así lo dejaban caer.

El partido estaba a punto de consumir su primera mitad cuando el mallorquinismo contenía la respiración frente a la televisión. La acción se situaba en la franja central del terreno de juego y en una jugada sin demasiada historia Víctor Ruiz cometía una falta tan clara como aparatosa que provocaba un enorme revuelo en torno al círculo central. Mientras sus compañeros se acercaban rápidamente al colegiado —el riojano Soto Grado— para reclamar un severo castigo contra el central del Betis, el propio Galarreta ya agitaba los brazos y se revolvía apuntando a la rodilla izquierda. Tras comprobar su estado los médicos bermellones pedían el cambio y el futbolista, tumbado en la camilla y con el rostro desencajado, era trasladado al vestuario entre los aplausos de la afición del Betis, que sabía que el jugador se marchaba con una de sus articulaciones dañada. De gravedad, seguramente.

Si se confirma que padece una grave lesión de rodilla —LGP desveló después que podría tratarse del ligamento cruzado—, Galarreta actualizará un expediente maldito en ese sentido. Ya lo sufrió en octubre de 2013, con 20 años, jugando en el Mirandés cedido por el Athletic y durante un partido contra el Numancia. En aquel momento tuvo que pasar por el quirófano para reconstruir su rodilla derecha, un mal trago muy similar al que le había tocado vivir justo un año antes. Fue en octubre de 2012, durante un partido del Athletic B contra el Lleida en Lezama. La única diferencia es que en aquella ocasión se había lastimado la rodilla izquierda, la misma que parece tener dañada ahora.
Si sufre una lesión de gravedad, Galarreta se despediría de lo que queda de temporada y probablemente tendría que volver a ser intervenido.