Dani Rodríguez junto a Tapia en un lance del partido disputado el viernes. | Miquel Àngel Borràs

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17 jornadas, 20 puntos. Al Mallorca de Luis García Plaza le salen las cuentas. Con dos partidos todavía por tachar sobre el calendario de la primera vuelta, el conjunto balear ha conseguido llenar la mitad de la cesta de permanencia y poner tierra de por medio con los acantilados de la clasificación, que ahora mismo se encuentran a casi tres partidos de distancia. Un cómputo interesante para cerrar un 2021 que quedará lacrado durante los próximos días, primero con la eliminatoria de Copa del Rey contra el Llanera asturiano (jueves, 19.00 horas) y después con la visita al Nuevo Los Cármenes de Granada (domingo, 14.00 horas).

Ahorros

Poco a poco, con los adornos justos y sin apenas alardes, el Mallorca ha ido llenando el granero para cuando llegue el frío invierno, el de verdad. El cuadro balear, que hasta que pasó por el Metropolitano contabilizaba solo una victoria en doce partidos, parece haberle dado la vuelta al calcetín a unos números que solo han cambiado en sus terminaciones. Ahora, en la fotografía de las diez últimas jornadas, solo se aprecian dos manchas en forma de derrota. Empate a empate —ha cosechado hasta seis en ocho partidos—, ha conseguido empadronarse en la franja central del campeonato y vive tan cerca de las puertas de Europa como de las del infierno.

El Mallorca ha tocado la pared de la veintena de puntos mucho antes de lo que lo hizo en su anterior caminata por Primera, en el curso 2019-20. Agarrado del brazo de Vicente Moreno, el grupo isleño no cambió de dígito hasta la jornada 24 y en este mismo punto de la película contaba solo con 15 puntos en el bolsillo.

En cualquier caso, al Mallorca le falta por recorrer la parte más escarpada de la ruta y el propio Luis García Plaza ya ha ido recordando en sus últimas apariciones que los equipos con más poso y experiencia en la categoría se petrifican cuando la carretera se empina en el segundo ciclo de la competición, en el que su producción se incrementa.
A esta velocidad, el Mallorca acariciaría los 45 puntos a final de temporada —en estos momentos la proyección exacta es de 44,7—, una cantidad más que suficiente para hacerle un nudo a la permanencia. Sobre todo, porque en los últimos años el listón de la salvación ha ido perdiendo altura de forma gradual. La última vez que un equipo con 40 o más puntos perdió la categoría fue en la campaña 2011-12, en la que el Villarreal se lanzó al vacío con 41 en la cartera. El curso pasado el Elche se aseguró la continuidad entre los grandes sumando 36, pero ha habido años en los que con treinta hubiera bastado.