Los jugadores del Mallorca celebran el gol de su compañero, el defensa argentino Franco Matías Russo, ante el Atlético de Madrid, durante el partido de Liga que el Atlético de Madrid y el Mallorca disputan en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid. | JUAN CARLOS HIDALGO

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Una reacción a lo grande y una victoria de cinco estrellas. El Mallorca salió del túnel por el que circulaba a la altura del Wanda Metropolitano. Después de siete partidos sin ganar y de consumir casi todos los ahorros que había conseguido a principio de temporada, el equipo de Luis García Plaza se liberó de las cadenas cuando pocos lo esperaban y recuperó el sentido de la marcha en el hogar del actual campeón. El conjunto bermellón acabó remontándole al Atlético de Madrid con sus propias armas: el balón parado y el contragolpe. Llevaba más de dos meses sin celebrar un triunfo y doce años y medio sin clavar su bandera en uno de los grandes templos de la Liga. Exactamente, desde que tomó el Santiago Bernabéu en mayo de 2009 con los goles de Arango, Alhassane Keita y el fallecido Cleber Santana (1-3). Un triunfo de otros tiempos que le aleja justo a tiempo del precipicio.

Hacía más tiempo aún que el Mallorca no dejaba en blanco al Atlético en su propio domicilio. En concreto, más de tres lustros. Los colchoneros, empadronados aún en el Vicente Calderón y dirigidos en aquel momento por Pepe Murcia, se veían superados por los baleares gracias a un gol de Jonás Gutiérrez (0-1) en el partido número 50 como técnico bermellón de Gregorio Manzano, el gran especialista que ha tenido el club en este tipo de gestas y el único que le ha ganado a domicilio a los tres grandes.

Take Kubo

El golpe de esta temporada estará eternamente asociado a Take Kubo, aunque antes fue un cabezazo de Franco Ruso —y el primer gol del argentino en Primera— el que devolvió al Mallorca al partido y engordó ese manto de dudas bajo el que duerme desde hace tiempo un Atlético que mañana se jugará su futuro en Europa. La carrera del japonés para aprovechar un envío de lujo de Ángel Rodríguez, el hombre de la semana en clave rojinegra, ya es eterna. El jugador japonés, que reapareció hace poco tras dos meses fuera por una lesión de rodilla y que todavía no había marcado esta temporada, definió como los grandes ante Oblak y le devolvió la alegría a sus compañeros y a todo el mallorquinismo. «Pensaba que tenía a otro central ahí y me he cagado», le contaba después del partido el japonés a Kang In Lee mientras ambos recorrían las entrañas del estadio, tal y como muestra un video que publicó el Mallorca y que se extendió rápidamente por las redes sociales.

El equipo isleño empaquetaba así el segundo triunfo fuera de casa de la temporada, uno más de los que consiguió hace dos cursos con Vicente Moreno sentado en el banquillo. En aquel momento, la escasa producción del equipo como forastero acabó siendo un serio problema en la pelea por la permanencia. El Mallorca tardó 27 jornadas en ganar su único partido a domicilio (1-2 en Eibar, justo antes del confinamiento) y en todo el ejercicio solo sumó seis puntos. Ahora, con la primera vuelta todavía en marcha, ya acumula ocho.

La magia del Wanda

El Mallorca se siente bien en la inmensidad del Metropolitano, un estadio que ha visitado tres veces y en el que ha ganado dos. La primera, eso sí, fue como equipo de Segunda División y ante un Rayo Majadahonda que estaba de alquiler en el recinto mientras adecuaba su campo a las exigencias de la Liga. Una combinación entre Abdón y Carlos Castro decidía el partido (0-1). Ya en julio de 2020, los baleares caían goleados en aquel maratón de partidos que decidiría el campeonato en todas sus franjas, entre ellas la de la salvación (3-0). Un doblete de Morata y otro gol de Koke dictaban sentencia.

El apunte

Un respiro para acabar el año

El Mallorca ha aprovechado una semana apretada para allanarse el camino de este final de año. En solo cuatro días, la escuadra balear resolvía el primer trámite que la planteaba la Copa del Rey y eliminaba a la Gimnástica Segoviana con un doblete de Ángel Rodríguez en la prórroga. Tras ganar en La Albuera y conocer que su próximo rival en el torneo sería el Llanera asturiano, el equipo se quedaba concentrado en Madrid para preparar la visita al Metropolitano, de la que sale especialmente reforzado. Ahora el Mallorca recibirá el viernes en Son Moix (21.00 horas) al Celta de Vigo y luego visitará al Granada (día 19), antes de poner un punto y aparte y recibir al Barça (2 de enero) para cerrar la primera vuelta. Con los tres puntos del Wanda, el equipo llegará mucho más desahogado a esta recta final, en la que ha conseguido alejarse del fuego de la zona baja.