Los jugadores del Real Mallorca se animan justo antes de empezar un partido. | Miquel Àngel Llabrés

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En una Liga ‘interruptus’ y donde es imposible tomar velocidad de crucero, el Mallorca reanuda este lunes la competición después de estar catorce días sin jugar partido oficial. Ahora empieza un carrusel de seis encuentros en menos de un mes. Hoy es el primero ante el Rayo (Vallecas, 21:00 horas). Una mala franja horaria para los seguidores de Kang In Lee que deberán levantarse a las cuatro de la madrugada en Corea para ver a su ídolo. A este paso pedirán la dimisión de Tebas. En Japón se lo toman ahora de otra manera ante la baja de Take y apurarán un poco más antes de levantarse.

Ordenado lo importante, que es el asunto de los horarios, el resto es complementario. En el Mallorca hay hasta siete bajas, de ellas cuatro titulares (Raíllo, Take, Baba y Salva) y de estos cuatro, dos son recientes, las del andaluz y el ghanés. Hoppe no ha aparecido prácticamente en todo el curso y Greif jugó solo un partido y volvió a desaparecer. Lago juega un papel excesivamente testimonial y por lo tanto el número de ausencias hay que relativizarlo. Es muy importante la ausencia de Baba porque Salva en los partidos a domicilio no es una de las primeras opciones del entrenador. Al menos en el grueso mayoritario de esta primera fase de la temporada. En el Rayo han mareado la perdiz con Radamel Falcao. Primero fue baja, después duda y hoy previsiblmente puede jugar. Nada que no se escape a la normalidad.

El Rayo siempre ha sido un equipo más o menos incómodo y esta temporada está ofreciendo una versión muy aceptable. Sin embargo, esta temporada se habla mucho en la sala de prensa de los equipos que son de la Liga del Mallorca y de los que no lo son. Salvo desmentido oficial, todo indica que el conjunto madrileño debería ser uno de esos rivales que entran en el grupo de equipos a los que se les puede echar mano dentro y fuera de las fronteras de la calle Payaso Fofó. De hecho, la permanencia requerirá de algún triunfo más fuera de Son Moix, algo que solo ha sucedido en una cita esta temporada, en Mendizorroza ante el Deportivo Alavés. Era verano.

Con el peligro siempre latente de que te puedan marcar un gol en el minuto 130 de partido, el Mallorca ahora también parece haber aprendido a materializarlo como ocurrió ante el Elche gracias al tanto de Maffeo. En el tiempo de descuento se resuelven muchos partidos, para bien o para mal, aunque el Rayo suele ser de lo que menos sustos sufre cuando el choque entra, precisamente, en la fase de rayos y truenos. La temporada avanza a pasos agigantados y empieza ser necesario sumar de tres en tres.

Todavía no se ven las orejas al lobo, pero se atisba el ojo de la cueva. Afortundamante el Levante sigue sin ganar; el Granada continúa con Rober en el banquillo y el Getafe fue el único que dio un paso adelante. A partir de ahí un triunfo de los que están por encima de todos ellos, como es el caso del Mallorca, supone dar un paso de enorme en la tabla y abrir más espacio con el vagón de cola. Pero hay que ganar porque en caso contrario algún día los de abajo van a pillar una fase más regular y cuando esto suceda, si sucede, es mejor que te pille bien situado en zona intermedia.

Eso busca el Mallorca. Transitar en la calma, en esa zona de confort que te permite vivir bien, sin pasar mucho frío ni calor esperando los cuarenta y pico puntos que te permiten sumar otro año más en Primera. Pero hay que ganar. Y por qué no se puede ganar en Vallecas. El Rayo tiene en Falcao a su principal duda. El técnico vasco maneja dos opciones para suplirle con el español Sergi Guardiola y el francés Randy Nteka, ambos a la sombra del colombiano. En el Mallorca Battaglia se perfila como titular en la sala de máquinas junto a Galarreta y el resto no variará mucho de los últimos partidos. Pita Figueroa Vázquez en una noche fría y posiblemente con nieve.