García Plaza , este lunes durante el partido contra el Sabadell. | Carlos Gil-Roig

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Luis García Plaza pasó en Sabadell una de sus peores noches como mallorquinista. El técnico del Real Mallorca, que empezaba el partido con la posibilidad de cargar en la mochila medio ascenso, acabó expulsado y contemplando desde fuera del área técnica como su equipo se derretía por segunda semana consecutiva frente a un rival hundido en la parte trasera de la clasificación que llevaba cinco meses sin facturar una sola victoria en la Nova Creu Alta.

«Han sido dos derrotas prácticamente calcadas», comentaba el entrenador del Mallorca recordando el gazapo de la semana anterior en Castalia. «Arrancamos muy bien, ellos nos marcan la primera vez que llegan a nuestra portería y luego es un querer y no poder», se lamentaba el técnico. «Nos falta acierto, talento o remate, porque han sido dos encuentros muy calcados y al final teníamos a diez tíos en el área, pero no nos ha servido de nada», seguía explicando el madrileño en su rueda de prensa telemática con un tono de voz poco habitual en sus intervenciones.

Cuestionado sobre el estado de ánimo de sus futbolistas, Luis García Plaza era muy claro. «Están jodidos pero nos quedan seis partidos y hay que ganar cuatro», recordaba con la calculadora en la mente, sin perder la esperanza de que el próximo partido contra el Mirandés invierta la pésima tendencia de estos días. «A ver si ganamos un partido y nos cambia todo otra vez», confiaba. «Ahora es cuando se demuestra de qué está hecho un grupo y una familia, que al final es lo que somos. La situación es buena, pero llevamos dos derrotas seguidas y necesitamos cambiar la dinámica», insistía. «No hemos estado bien y solo nos queda felicitar al Sabadell por la victoria», aclaraba. «Esperemos que esto se quede aquí y que no sea tendencia. Aunque sí es verdad que nos falta ese punto de acierto, de calidad o talento para estos partidos que se nos ponen así. Lo cierto es que han sido dos derrotas súperinesperadas», admitía el preparador bermellón.

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Al mismo tiempo, Luis García reconocía que este tipo de partidos se le están atragantando a su equipo en el peor momento posible. «Cuando se meten ahí atrás tienes que estar muy fino por dentro», destacaba. «Nos cuesta remontar, pero es que no hay manera de sacarlos de ahí. Ahí nos está faltando acierto e inspiración», volvía a repetir.

Resultado al margen, el entrenador del Mallorca lamentaba otro contratiempo importante: la lesión que obligó a Iñigo Ruiz de Galarreta a dejar el campo antes de tiempo. «Parece una lesión en la misma zona que la anterior», explicaba el preparador de los baleares. «No están pasando cosas. Salva Sevilla apenas ha podido entrenar durante la semana, Baba está lesionado y ahora se nos cae Galarreta. Pero como he dicho antes, cuando vienen mal dadas es cuando hay que demostrar de qué pasta estamos hechos».

Luis García también ofreció su versión de la tarjeta roja que le mostró el colegiado navarro Galech Apezteguía: «Lo único que le he dicho es ‘¿solo cuatro minutos?’ Ojalá alguna cámara lo haya grabado porque ha sido así. Los árbitros tienen que saber lo que nos estamos jugando a estas alturas», argumentaba.