Vicente Moreno, entrenador del Espanyol, junto a Luis García Plaza, técnico del Mallorca. | Miquel Àngel Borràs

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La Liga SmartBank se consume y el ascensor para escapar de ella se estrecha. Al Mallorca, que tiene las llaves para cerrar la jornada, le sigue apretando las tuercas el vecino de abajo. Con tanta fuerza que el Espanyol ya le ha desalojado de su refugio en la cumbre para pasar allí el fin de semana. Los de Vicente Moreno, que hace unas semanas parecían metidos en un agujero después de enganchar tres empates consecutivos, han acabado tejiendo en torno a esos puntos una de sus mejores rachas de resultados de la temporada y se han instalado en la cima, a la espera de que le llegue el turno de palabra conjunto balear. Más presión para Luis García y los suyos, que ahora aspiran a recuperar su sitio haciendo lo que mejor se les da: ganar fuera de casa.

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El Espanyol ha aprovechado el oleaje y la extensión de la jornada para entrar con todo en la plaza del Mallorca y obligarle a puntuar en Fuenlabrada, que por otra parte es una de las ubicaciones más accesibles de la Liga. Hasta su goleada al Logroñés de la semana pasada (4-0), los de Vicente Moreno se habían pasado un mes entero sin ganar y se habían deslizado incluso de las posiciones de ascenso directo para cederle la silla al Almería. Sin embargo, ese categórico triunfo frente al conjunto riojano y la victoria en Castalia, donde había empezado perdiendo (1-3), han reajustado sus niveles y le han ayudado a recuperar parte del terreno perdido. De hecho, suma ocho partidos sin perder, lo que supone su mayor racha de imbatibilidad de la campaña. Además de reconstruir su autoestima, el cuadro perico ha cambiado la oscursidad y la crisis por una inyección de optimismo moderado. «Lo del liderato es anecdótico, lo importante es sumar», se apresuraba señalar el propio Moreno tras su segunda victoria seguida. «Suena a tópico, pero era lo que nos preocupaba. Si ganamos nuestros partidos, dependeremos de nosotros», confiaba.

El Mallorca, que lleva dos encuentros sin ganar —como máximo ha estado tres en toda la temporada—, necesita puntuar en Fuenlabrada para volver a ponerse el traje de líder y recuperar sensaciones. En cualquier caso y pese al aspecto de bache que han tenido las últimas jornadas, el conjunto de Luis García Plaza ha seguido siendo uno de los más regulares y en el último tramo de cinco jornadas solo el Málaga mejoraba su capacidad productiva. Con la clasificación ardiendo en todas las zonas de conflicto, cada vez es más complicado dar dos pasos iguales y la continuidad volverá a ser clave a la hora de marcar diferencias. En una semana sin descanso ni arcenes en los que resposar—tres partidos en siete días— el Mallorca tendrá que acostumbrarse a seguir viviendo bajo presión.