Abdón Prats, delantero del Mallorca, sobre el césped de Son Moix en un entrenamiento. | Real Mallorca

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Un duelo para marcar territorio y noventa minutos para repartir uno de los trozos más sabrosos de la tarta del ascenso. Desprecintada ya la jornada número 25, en el extremo norte de la clasificación también ha prendido la mecha que encenderá el partido del año. Al menos para el primero de una lista que seguramente se irá actualizando a medida que se consuman tanto el calendario como la munición de los aspirantes. Un encuentro que va más allá de esos tres puntos que subasta y una partida de ajedrez que el Mallorca juega con blancas. Aislada en lo más alto de la clasificación y con un abrigo de cinco puntos encima, la escuadra que dirige Luis García Plaza parte con la ventaja de poseer el mando del enfrentamiento y otros dos elementos con los que hacer malabares: los apagones que padece el Espanyol en los últimos tiempos como visitante y la presión que ejerce la clasificación sobre el cuadro perico, que se desplazará hoy a la isla con el margen de error muy acotado y la maleta cargada de urgencias.

Factor cancha: problemas en las dos orillas

La pandemia ha reducido a la mínima expresión el valor del factor cancha, pero tanto Mallorca como Espanyol han seguido líneas parecidas en función del escenario de sus encuentros. El líder ha invertido la tendencia de los últimos años y los únicos patinazos de su caminata, hasta tres (Rayo Vallecano, Fuenlabrada y Las Palmas), los ha sufrido en casa. Lejos de comportarse como un reloj, el Mallorca ha circulado con menos fluidez dentro su estadio. En cualquier caso, ya curó sus heridas más infecciosas en ese sentido aprovechando el último partido contra el Girona. Para el Espanyol, en cambio, los viajes se han convertido en un pequeño suplicio. El lunes cortó en Lugo la peor hemorragia de la temporada, pero justo antes había perdido frente a Girona y Las Palmas. En total ha sumado 18 puntos fuera de Cornellà, diez menos de los que ha cosechado el Mallorca entre vuelo y vuelo. Son Moix, que en condiciones normales estaría a reventar pero que a la hora del encuentro estará prácticamente en silencio, tendrá un papel menos decisivo que en otros tiempos.

Presión: menos margen para los ‘pericos’

Si algo se han intentado sacudir los dos equipos es una presión que en estos momentos incide con más fuerza sobre el Espanyol. Una derrota blanquiazul en Palma abriría una grieta de ocho puntos y avivaría ese fuego que ronda su banquillo. Todo lo contrario que le ocurre al Mallorca, que puede dar por bueno el empate y que aun perdiendo conservaría una parte del colchón sobre el que duerme. Eso sí, un triunfo del Espanyol marcaría un punto de inflexión y provocaría que los estados de ánimo de uno y otro cambiaran radicalmente.

El almería, pendiente: una confrontación a tres

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Cuando Mallorca y Espanyol intenten anularse, el Almería estará estará muy pendiente y tratará de aprovecharlo. Los andaluces, que juegan a las 16.00 horas en su estadio contra Las Palmas y que pasarán justo después por la caja de Son Moix, serán los grandes beneficiados de la jornada si sacan adelante los tres puntos de su partido, ya que o bien recortarán terreno con respecto a la cima o adelantarán por la derecha a los de Vicente Moreno, que suman los mismos puntos que ellos con un partido menos.

El marcador, clave: la puja por el ‘golaverage’

Al margen de los tres puntos, vitales a corto plazo, las cifras que proyecten los videomarcadores de Son Moix cuando acabe el partido pueden tener una incidencia altísima en la clasificación. El Mallorca, que ha dominado todos sus duelos frente a enemigos directos, quiere amarrar también ese cabo. Y, de momento, el 0-0 de Cornellà lo mantiene todo en el aire.

Arcediano Monescillo: un arbitraje bajo lupa

En la guerra fría que mantienen Mallorca y Espanyol desde hace meses, los arbitrajes se han convertido en un arma arrojadiza. Tanto, que en el propio club balear creen que en la trinchera blanquiazul se está utilizando el tema para situar el foco sobre el colegiado manchego Dámaso Arcediano Monescillo, que en septiembre ya pitó el encuentro de la primera vuelta en Barcelona sin que se desatara la polémica.

Última sesión a la misma hora del encuentro

El Mallorca acabará de preparar este sábado el choque contra el Espanyol con una sesión de entrenamiento que llevará a cabo sobre el césped de Son Moix y a la misma hora del partido (14.00 horas). El Espanyol, por su parte, también acabará de perfilar durante la mañana de hoy su asalto al líder y después viajará a la capital balear con Vicente Moreno y parte de su staff (el segundo entrenador, Dani Pendín, y el preparador físico, Dani Pastor) como gran reclamo. Otro miembro destacado de la expedición debería ser el centrocampista artanenc Sergi Darder, que tiene la posibilidad de jugar por primera vez en Son Moix tras descansar por sanción en Lugo.