Los futbolistas del Mallorca celebran uno de los goles conseguidos el pasado lunes contra el Castellón. | M.A.Borràs

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Desde el extremo norte de la clasificación y con el viento a favor, el Real Mallorca se enfrenta a un desafío total al sur de Madrid. Embarcado en la mejor serie de resultados del curso y especialmente efectivo como forastero, al conjunto de Luis García Plaza le espera este sábado un Leganés hostil con los invitados e intratable en el salón de su casa. Un desplazamiento, el último de 2020 en la competición regular, que llevará un poco más allá los límites de la exigencia para el equipo bermellón, que pese a las dificultades que plantea este último plan de asalto confía en seguir marcando tendencia (Municipal de Butarque, Movistar Vamos, 16.00 horas).

El encuentro llega para el Mallorca en el mejor momento posible. La espectacular racha que ha ido dibujando, siempre en sentido ascendente, todavía no ha encontrado un solo freno en las cuatro últimas jornadas que se han concentrado en un par de semanas. Nada ha fallado en torno al equipo, capaz de resolver con éxito misiones de todos los colores y de abrir una zanja entre su asentamiento y el de la caravana de aspirantes.

En ese último estirón que ha dado desde el punto más alto de la liga el Mallorca solo ha encontrado nuevos argumentos a los que agarrarse. Ha alimentado las dudas entre sus enemigos más íntimos, ha resistido a otra ronda de rotaciones conservando la velocidad de crucero y manteniendo elevados los muros de la defensa e incluso ha hallado en Abdón Prats al killer de área que le faltaba. Un ramillete de buenas noticias que hoy, en el caso de tener continuidad, le dejarían frente a un horizonte soñado cuando comenzó el ejercicio.

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Leganés es territorio prohibido. Un escenario del que todos sus visitantes se han largado con las manos vacías a excepción del Girona, autor de valioso triunfo fechado hace más de dos meses. De hecho, sobre el mismo tapete en el que hoy el Mallorca se subirá a la báscula se desprendió el Espanyol de su condición de líder. El último en darse allí de bruces fue un Rayo Vallecano que se niega a soltar la cuerda del playoff.

En principio, el Mallorca irá en busca del más difícil todavía con su mejor traje, aunque es probable que Luis García Plaza se guarde alguna carta boca abajo teniendo en cuenta el rendimiento de la mayoría de sus futbolistas. Sin ir más lejos, en su última función del pasado lunes en Son Moix frente al Castellón metió el bisturí hasta el fondo y le aplicó hasta siete cambios a un once que una vez que desató el caudal tardó menos de un cuarto de hora en hacer los deberes.

Contra el Leganés, compañero de ascensor en el descenso del pasado verano, LGP podrá contar otra vez con Iddrisu Baba —sancionado por acumulación de amonestaciones la jornada anterior— y con Aleksandar Trajkovski, que ya ha dejado atrás los problemas físicos que arrastraba. La única baja por lesión que presenta el equipo es la de Marc Cardona, ausente en una convocatoria en la que tampoco figura el canterano Luka Romero.

El Leganés se ha mentalizado para mantener bien defendida y asegurada una fortaleza que ejerce además como su mejor aval, ya que los fallos que está cometiendo tras sus muros, donde solo ha ganado dos partidos, le han puesto el techo en la cuarta posición. En su reencuentro con el Mallorca después de un año y medio, Pep Lluís Martí recupera a un pieza muy destacada dentro de su engranaje del centro del campo, Rubén Pérez, que viene de cumplir un partido de castigo. No tendrá son Unai Bustinza y Kevin Bua, a los que podrían unirse también Miguel, Jonathan Silva y Avilés.