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Molango será un gran gestor, pero en otro club y en otro momento. Y seguramente lo será porque difícilmente volverá a cometer tantos y tan mayúsculos errores como los que ha protagonizado en el Mallorca. El fútbol requiere de músculo económico, suerte, conocimientos y humildad. También de subir escalones poco a poco, no de golpe. Molango se encontró al frente de una nave que no sabía manejar, pero lo que es más grave, jamás ha logrado dominarla.

La propiedad también tiene que aprender de sus errores porque esta decisión llega tarde. Eclipsados por el ascenso, no valoraron la hoja de ruta del CEO en materia deportiva ni la desconexión de la sociedad que el club estaba experimentando. Es difícil de entender cómo un ejecutivo que lideró el proyecto del doble ascenso no fue capaz de unir en lugar de dividir. Ese error seguro que no lo cometerá en un futuro.

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El fin ha justificado los medios, pero hasta cierto punto. Molango y Recio han necesitado de inversiones millonarias y de 80 jugadores para cumplir los objetivos. Ahora, con el Mallorca en zona de descenso y con las fuerzas equilibradas con los equipos de abajo, han vuelto a relucir las carencias de ambos a la hora de acudir al mercado. Cuando este ha mostrado una competencia feroz, ni Molango ni Recio han estado a la altura. Ahí están los resultados y la desastrosa planificación.

La propiedad del Mallorca dará un paso adelante importante si entiende que en según qué cargos debe contar con personas vinculadas a la Isla. Fue un gravísimo error permitir que Monti Galmés abandonara el club porque su presencia era un magnífico vínculo entre la sociedad y la nueva propiedad. Quedan muchos retos por delante y Sarver y Kohlberg deben entender que no hay que bunquerizar al Mallorca. No se trata de pintar el vestuario, poner más o menos atrezo, instalar un bar en el córner y llenar la sala de prensa de firmas japonesas. No. El club ahora es eso, pero también es la Diada a Lluc, la carroza de Reyes, la unión de todas las Peñas y de los Veteranos, el club es José León y César Mota... mallorquinismo en definitiva y eso hay que haber nacido aquí para entenderlo. Y hay que cuidarlo.

Se va Molango, pero el club permanence. Eso es lo mejor. Siempre nos quedará el Mallorca.