Aleix Febas, centrocampista del Mallorca controla el balón ante Ander Capa, del Athletic, durante el partido de la cuarta jornada de la Liga Santander en Son Moix. | MIQUEL A. BORRÁS

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Después de un arranque agradable en cuanto a las sensaciones, pero algo escaso en lo que tiene que ver con los números, el Real Mallorca vuelve a hacer la maleta en busca de crédito y confianza. La escuadra de Vicente Moreno intentará asaltar este domingo el domicilio de un Getafe que acaba de estrenar el pasaporte, pero que todavía no ha celebrado ninguna victoria en la Liga. Los bermellones, con la defensa perforada por las molestias de Antonio Raíllo y el punto de mira desviado desde el partido inaugural, también esperan minimizar sus problemas con el gol coincidiendo con las rampas iniciales de la primera cordillera que se topan por el camino, ya que en los próximos siete días engancharán hasta tres encuentros (Coliseum Alfonso Pérez, Movistar LaLiga, 12.00 horas).

Será un partido marcado por la necesidad, que empieza a aflorar en las dos formaciones. El Mallorca persigue un triunfo —el segundo de la temporada— que respalde todo lo que ha expuesto en las primeras jornadas, en las que no ha dejado de competir en ningún momento. En cualquier caso, deberá incrementar su productividad como visitante, un punto débil que ya provocó la mayoría de las fugas que se registraron durante la temporada pasada. En su primera salida, a Mestalla, se comió al Valencia en un gran primer tiempo, pero dejó vivo a su rival y acabó trasquilado. Una situación que el técnico quiere evitar a toda costa pero que solo redujo en parte la semana pasada, en un duelo ante el Athletic que pudo caer de cualquier lado.

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A sus dolores en ataque habrá que añadir esta vez los posibles temblores de una defensa que en Getafe dispondrá de lo justo. Sin Raíllo ni Sedlar, ambos con molestias físicas, los únicos centrales que tiene a su servicio Moreno para este mediodía son Valjent y Campos. También arrastra problemas el atacante argentino Pablo Chavarría, descartado junto a Yannis Salibur, Fran Gámez y Aridai Cabrera, que aunque ha dejado atrás la lesión con la que destapó la pretemporada, todavía tiene que ganar algo de ritmo antes de volver a la arena. No obstante, podría hacerlo en los próximos días, ya que el Mallorca recibirá este miércoles al Atlético de Madrid y visitará el domingo que viene Mendizorroza para enfrentarse al Alavés.

Del centro del campo hacia adelante no se intuyen grandes cambios sobre la pizarra de Vicente Moreno, aunque ahí el técnico si maneja un amplio abanico de posibilidades al que puede agarrarse, precisamente para repartir la carga de minutos entre sus futbolistas. Si alguien parte con opciones en esa franja es el japonés Take Kubo, que firmó unos buenos minutos contra el Athletic en los que provocó incluso un penalti. Abdón Prats y Álex Alegría también podrían relevar a Budimir como faro ofensivo en busca de soluciones a la sequía de las últimas semanas. Los dos únicos goles del Mallorca los consiguió hace más de un mes y el segundo de ellos fue en propia puerta de Oliveira, defensa del Eibar. Desde entonces, no ha marcado ni de penalti y se ha estrellado en varias ocasiones contra los palos. Un problema que el equipo deberá solventar cuanto antes.

El Getafe, instalado provisionalmente en la zona roja de la clasificación, también está obligado a ganar. Después de hacerlo el pasado jueves al Trabzonspor turco en la Europa League, donde se aplicó una dosis de moral, necesita salir de la espiral de empates en la que lleva atrapado tres semanas y confía en que el empujón del otro día le ayude a mejorar sus registros en el torneo regular. Y, en principio, tampoco debería acusar el cansancio, ya que en su estreno continental solo había dos de los hombres, Nyom y Djené, que habían sido titulares en el Villamarín. Contra el Mallorca todo apunta a que Bordalás seguirá confiando en Jorge Molina, Jaime Mata, Marc Cucurella, David Soria, Damián Suárez, Leandro Cabrera, Mauro Arambarri o Maksimovic.