Vicente Moreno, Maheta Molango, Andy Kohlberg y Graeme Le Saux, ayer, en uno de los campos de entrenamiento de la ciudad deportiva Antonio Asensio. | RCD MALLORCA

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El mercado de invierno lleva un día y medio cerrado para los equipos de Segunda División B, pero alguna persiana todavía no se ha bajado del todo. El club balear, que ha aprovechado la ventana del mes de enero para darle una capa de pintura a la plantilla y esculpirla de manera definitiva, dispone aún de un asiento libre en el vestuario y medita ahora la posibilidad de incorporar a algún futbolista en paro para ponerle la guinda a la parcela ofensiva.

En principio, el Mallorca posará la lupa sobre los delanteros que a día de hoy permanecen sin equipo para comprobar si alguno de ellos tiene cabida en el grupo. Cuando se destapó el plazo invernal de inscripción era una de las posiciones más a tener en cuenta, aunque al final ninguno de los rastreos ha ofrecido nada interesante, al menos en las condiciones que pretendía el Mallorca.

Paralelamente, el club fue acicalando otros rincones del campo y resolvió con cierta solvencia el capítulo de las salidas, lo que le permite ahora guardarse un pequeño as en la manga cuyo valor dependerá de lo que quede realmente en el escaparate.

El Mallorca no ha malgastado el margen que le concedía el calendario y durante el primer mes del año las dos puertas del club han permanecido abiertas. Las pequeñas fisuras que mostró el equipo en diciembre fueron un pequeño aviso de cara a la segunda mitad de la temporada y las lesiones de Lago Junior y Ferran Giner acabaron de cerrar el círculo en ese sentido.

Especialmente tras comprobar la gravedad de la dolencia del extremo valenciano, que fue dado de baja ante la imposibilidad de que pueda reaparecer antes de que se apaguen del todo las luces. Por eso, ha centrado sus fuerzas en unos carriles que ha forrado en defensa con Salva Ruiz y Fran Gámez y que ha afilado en ataque con Álvaro Bustos y Aridai Cabrera. El centro del campo, algo falto de músculo en la primera vuelta, es otra de las zonas que se han mejorado, en este caso con la llegada de Alejandro Faurlín. Un fichaje que, en función del rendimiento que ofrezca, puede ser fundamental para el cuadro de Vicente Moreno.

Mientras cinco futbolistas entraban, otros tantos salían y se unían a la baja de Ferran Giner. Álex Serrano, Pol Roigé, Bryan Reyna, Fran Grima y Rufo tomaban la puerta de salida. Y todos ellos, a excepción del primero, lo hacían en calidad de cedidos. Una serie de movimientos que puestos sobre la balanza han mejorado, aparentemente, la plantilla, pero que dejan al Mallorca con un futbolista menos en la caseta y que permiten ahora la posibilidad de optar a una incorporación añadida, aunque sea con limitaciones.