El director deportivo, durante un momento de la entrevista. | Teresa Ayuga

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En su primera temporada al mando de la dirección deportiva del Real Mallorca, Miquel Angel Nadal Homar (Manacor, 1966) ha tenido que amoldarse a la situación financiera para acometer una profunda renovación del vestuario.

Con una reducción drástica del presupuesto y apenas diez jugadores en nómina, el manacorí tuvo que exprimir su ideario. Apostó por Miquel Soler, pero la irrupción de Dudu Aouate provocó la destitución del catalán y su propia postergación. Seis meses después, su proyecto regresa al punto de partida tras el cese de Valeri Karpin y la vuelta de El Nanu. Pide tiempo para el entrenador gerundense.

Sobre su papel en la gestión deportiva del club, Nadal afirma que «personalmente lo que he tratado de hacer ha sido en base a los recursos del Mallorca, trabajar con las limitaciones y con mis ideas, combinando ambas cosas. Ahora el club está tomando una mayor estabilidad y nos falta corroborarlo con resultados. Lo cierto es que cuando empecé en verano había un vacío, no estaba programada ni la pretemporada y además me encontré con solo diez jugadores. La norma nos marca que tiene que haber 20 fichas profesionales y además los 10 jugadores tenían un coste inasumible para el Mallorca. Doblaban el presupuesto con sus fichas. Teníamos que desprendernos de jugadores y fichar; todo fue ir a contracorriente».

Varios meses después, el exfutbolista valora positivamente la reciente presidencia de Utz Classen. «Hasta no hace mucho había más noticias extradeportivas que deportivas y ahora esto está cambiando. Eso no ayudaba en absoluto al rendimiento del equipo y la inestabilidad institucional era evidente que no beneficiaba. Es importante tener ahora esta tranquilidad, al mismo tiempo que se necesita volver a organizar bastante el club en las diferentes áreas de la entidad».