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Con un equipo asimétrico y sumido de nuevo en una depresión galopante, a Valeri Karpin se le acumula el trabajo. Mientras la dirección deportiva reordena el puzzle del vestuario en función de las limitaciones económicas del club, el entrenador tendrá que exprimir al máximo su plantilla para conseguir que el grupo se levante ante el Albacete y, como mínimo, se aleje de la zona baja de la clasificación cuando el torneo se sumerja en la segunda vuelta.

Seguramente el mayor desafío que se le plantea ahora mismo a Karpin es recuperar a su jugador franquicia: Marco Asensio. El canterano, comprometido ya con el Real Madrid para las seis próximas temporadas, ha reducido su nivel de juego con el serial de su fichaje, tal y como reconoció el propio técnico en una entrevista concedida recientemente a este diario. Fundamental en la fase más luminosa del equipo e imprescindible a la hora de orquestar el modelo que propone el ruso, una buena respuesta de Marco supondría un empujón considerable a la hora de encarar las temidas rampas del mes de enero.

Karpin precisa mejorar sus prestaciones ofensivas, totalmente oxidadas en el último sector que ha recorrido el equipo: 3 goles en 6 partidos. Con Scepovic fuera de onda desde que marcó en Santander, solo Arana en dos ocasiones (una de ellas desde el punto de penalti) y Vallejo, cuando ya estaba todo perdido en Ponferrada, han dado en la diana de la meta rival.