El entrenador del Mallorca, Lluís Carreras, en rueda de prensa. | Joan Torres

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Transita el Mallorca por una fase de la temporada donde los sobresaltos son continuos y a falta de doce partidos para que finalice el campeonato regular, los baleares juegan su batalla y miran de cerca a media docena de encuentros más. Hoy se miden en Valdebebas al Real Madrid Castilla (18:15 horas, La Sexta). Los baleares visitan la fábrica del conjunto blanco y una semana más la necesidad de ganar es absoluta porque los resultados obligan a no perder un centímetro de terreno. Ganar te permite seguir más o menos con opciones, mientras que perder te deja muy tocado. La recompensa por sumar tres puntos es demasiado pobre si se compara con lo mucho que se pierde si no se consiguen. Así de mal se vive en Segunda División.

El Castilla ha dejado atrás su docilidad para convertirse en un rival por momentos temible por muchos motivos, pero sobre todo, porque parece haber perdido el respeto a la categoría y eso le hace más letal. El Mallorca ofrece síntomas de mejora, es cierto que no está para alardear de nada, ni anda sobrado en ninguna faceta, pero al menos da la sensación de que puede sacar los partidos adelante a poco que funcione el tránsito de balón por el centro del campo.

Autoestima

En Zaragoza pudo ganar, también perder si Miño no para el penalti. Ante el Tenerife resolvió con cierta solvencia y hoy la premisa es vencer, tomar cierto aire, aumentar la autoestima y mirar al inmediato futuro con cierto optimismo. Futbolísticamente el Mallorca da la sensación de que quiere crecer y se aferra a Generelo que de cada partido trata de mostrar galones y también lo hace con las mejores prestaciones que ofrece Thomas algo más adelantado y con fe en el gol. Pero por encima de todo, el equipo se enfunda en la capa de magia, garra, calidad y capacidad de improvisación de Marco Asensio. Hoy es un buen día para que el joven futbolista marque la diferencia y además pueda exhibirse en un escaparate de primer nivel. No es el Bernabéu, no es ante el primer equipo del Madrid, pero es en la Ciudad Deportiva Antonio Asensio, ante el filial blanco y en un encuentro televisado en abierto. El jugador mallorquín imprime un nuevo espíritu al partido porque cuando tiene la pelota lo normal es que pase algo y ese arma ahora es fundamental tanto desde el punto de vista deportivo como también desde el plano social. La afición necesita ilusionarse otra vez con alguien que venga de abajo y Marco Asensio es el jugador perfecto. Hoy tiene además el partido ideal para poder ampliar su nómina de encuentros en Segunda. La temporada ha transitado hasta ahora por una zona oscura de la que el Mallorca quiere salir. Para ello debe ganar hoy en Madrid.