Alex Moreno conduce el balón durante el partido disputado en Son Moix ante el Córdoba. | Teresa Ayuga

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El Mallorca busca esta noche un halo de luz. Una salida al laberinto. Maltratado por los resultados, con el vagón de ascenso alejándose en el horizonte y José Luis Oltra colgando de la cornisa del banquillo, el grupo balear se adentra hoy en un territorio abonado a la variante -el Alcorcón no gana en casa desde septiembre- para escenificar un encuentro cargado de picante que desprende un intenso aroma a final... sobre todo para el entrenador valenciano. Los rojillos, con el margen de error agotado, están obligados a facturar algún punto en el equipaje de vuelta para no seguir perdiendo peso y evitar que la situación se siga descontrolando. Toca ganar o ganar. (Santo Domingo, Teledeporte, 21.00 horas).

Se asoma el bloque bermellón a una jornada fundamental. Terminal. Clave. El campeonato apenas ha filmado los primeros episodios de la segunda vuelta, pero la luz roja se ha extendido por todo el mallorquinismo. Aunque todavía quedan cuatro meses para divisar la meta, recibir otro golpe en la línea de flotación podría tener unas consecuencias desastrosas. Principalmente a nivel anímico.

Paso atrás

La debacle del pasado domingo en casa ante el Sporting ha empujado a Oltra a las fauces de una destitución. Incluso Serra Ferrer -al frente de la expedición- sembró la duda al no asegurar la presencia del técnico valenciano en el banquillo visitante del Municipal de Santo Domingo... Pese a los deseos del director deportivo, Oltra dirigirá hoy al Mallorca en el Sur de Madrid en el que será su cuarto match-ball de la temporada.

Después de un par de semanas invitando a la recuperación, el grupo balear se desplomó el domingo y acabó arrojando a la papelera todas sus evoluciones para meterse en otro lío de proporciones incalculables. El Sporting destapó algunas de las grietas más visibles del vestuario. Falta de actitud, de pelea, de tensión, de calidad, de concentración... Las mismas que hoy se pondrán a prueba en noventa minutos de tensión y alto voltaje.

Para Oltra no es encuentro más. Aunque el valenciano ha tratado de restar importancia al enfrentamiento para no sobrecargar el ambiente que envuelve al grupo, al entrenador del Mallorca le ha llegado la hora de ponerse el termómetro antes de enfrentarse a un examen casi definitivo.

El Mallorca acude al campo de batalla sin el lesionado Cadamuro, pero recupera a Ximo y cuenta por primera vez con Iriney y Razza . Las dudas apuntan a una plaza de central -Nunes o el propio Ximo- y al inquilino de la banda derecha, que podría ser Nsue si no es lateral o el extremo guineano. La principal novedad apunta a la sala de máquinas, donde Iriney y Generelo deben repartir las cartas. Pero al margen de nombres o de pizarras, la situación exige un cambio de actitud.