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22 futbolistas utilizados, trece alineaciones diferentes y un último superviviente. Víctor Casadesús vuelve a lucir sus galones en la plantilla del Mallorca. El delantero de Algaida, que lleva toda la campaña reafirmándose como un elemento básico en el entramado de Oltra, es ya el único inquilino del vestuario que puede presumir de haber sido titular en todos los encuentros del campeonato. Embarcado además en el mejor despertar de su carrera como artificiero, al mallorquín también le toca ejercer ahora como capitán encima del tapete, ya que la baja de Martí y el nuevo rol de Nunes y Aouate le sitúan como el faro visible del grupo.

Para Víctor no es una temporada más. Entre otras cosas, porque si el club no echa pronto el freno de mano es probable que sea la última en la que viste como mallorquinista. Sin embargo, mientras apura la relación a la espera de alguna noticia por parte de la dirección deportiva, se dedica a lanzar mensajes. Lo hizo desde la tribuna de oradores, a final del mes pasado, y los repite, jornada a jornada aunque en otro formato, a pie de campo.

La marcha del curso y sus circunstancias han propiciado que Oltra recurra a tres pilares en sus alineaciones. Curiosamente, los tres son de la casa. En defensa tiene a Ximo, en el centro del campo a Nsue y arriba, a Víctor Casadesús. No obstante, el lateral se ausentó en la visita del Alcorcón a Son Moix tras ser expulsado en Gijón y el internacional ecuatoguineano no estuvo el domingo en Riazor para prestarle atención al amistoso de su selección contra España. Víctor, en cambio, no se ha perdido una sola batalla. Ha formado siempre de inicio, primero con Alfaro como camarada y más recientemente al costado de Gerard Moreno. Oltra le ha sustituido hasta en seis ocasiones, casi siempre en los postres, pero nunca le ha dejado al margen de un once inicial con el campeonato regular como telón de fondo.

Números

Lo cierto es que a Víctor no le está yendo mal en el plano individual. Solidario con sus compañeros más próximos, está rindiendo a un alto nivel como asistente y aprieta el gatillo con cierta facilidad. En su trayecto como profesional nunca se ha mostrado como un goleador implacable, pero esta temporada ha decidido madrugar: nunca había llegado a la jornada 14 con 5 goles ya almacenados en sus estadísticas.

El techo de Víctor como artillero lo fijó precisamente en Segunda, como jugador del Nàstic de Tarragona (2008-09), al ponerle su firma a 14 de las 60 dianas que celebró el conjunto catalán. En cualquier caso, los concentró casi todos en la segunda mitad del curso y a estas alturas apenas había acuñado un tanto, contra el Rayo Vallecano.

Casadesús está aún por debajo de las cifras de Gerard Moreno (con 8 goles marcados también está abrillantando sus registros habituales), pero ha tenido aciertos decisivos. Como los del encuentro ante el Mirandés. O como aquella jugada que trazó en el Mini Estadi. Ahora lleva dos jornadas seguidas obligando al portero rival a recoger balones desde el fondo de la red, pero la influencia de sus disparos no ha sido la misma. Marcó ante la Ponferradina un tanto que fue desactivado por un extraño derrumbe y forzó una machada en A Coruña que al final se quedó a medias.

Apoyo

Mientras aclara su futuro, forja sus números e impone el brazalete, Víctor también se ha propuesto conquistar a la grada de Son Moix. La afición mallorquinista, que en ocasiones se muestra mucho más crítica con él que con algunos de sus compañeros de vagón, ha elevado esta temporada su grado de exigencia con el delantero, que de todas formas sí ha sido abrigado en público por otros jugadores de la caseta.

Puede que si el Mallorca se dilata empiece a negociar en enero con otros clubes, tal y como advirtió él mismo a finales del mes pasado. Pero esta temporada parece un jugador imprescindible. Para Oltra, para el equipo y para ese proyecto de ascenso que duerme estos días entre interrogantes.